8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Carmina García-Valdés
Presidenta Fundación RedMadre
Desde que en los primeros años del siglo XX se empezó a celebrar el 8 de marzo, como día internacional de la mujer, se han sucedido infinidad de manifestaciones, artículos, marchas, conferencias, congresos… con un mismo carácter reivindicativo: la igualdad entre hombres y mujeres.
Pero esta lucha por la igualdad, en la mayoría de los casos, ha perjudicado a muchas mujeres, las que quieren ser madres. Toda la lucha feminista no ha conseguido que la mujer/madre conserve su puesto de trabajo, o avance laboralmente, todo lo contrario. En pleno siglo XXI la maternidad está penaliza social y laboralmente en los países más desarrollados. La mujer que elige ser madre es criticada, castigada muchas veces, por su propia familia, en su empleo, incluso por amigos y conocidos, sobre todo si es madre por segunda, tercera o cuarta vez, casi se le da el pésame más que la enhorabuena por su embarazo.
En este día tan reivindicativo, 8 de marzo, es preciso romper una lanza a favor de tantos miles, millones de mujeres que en todo el mundo se ven abocadas a abortar cuando un embarazo imprevisto es causa del abandono de su pareja, del rechazo social, de la pérdida de su empleo, de marginación total. Esos millones de mujeres habrían elegido ser madres si se les hubiera dado una oportunidad, si se les hubiera brindado la información completa y veraz que precisaban antes de someterse a un aborto provocado; si se les hubiera tendido una mano ofreciéndoles apoyo, comprensión y toda la ayuda que necesitaban. A veces es un simple “enhorabuena por tu embarazo” lo que necesita una mujer para realizar lo que su corazón le pide, ser madre.
Y esta realidad lejos de mejorar, se agrava y mucho. La nueva ley del aborto que ha impuesto el gobierno socialista en España va a suponer una desprotección todavía mayor de la mujer embarazada. El negocio del aborto seguirá aumentando sus beneficios a costa del sufrimiento de por vida de millones de mujeres a las que se va a seguir llevando a abortar engañadas y obligadas. Y el feminismo radical calla ante estos graves atentados a los derechos de las mujeres. Derecho a recibir la información completa y veraz sobre las secuelas de un aborto provocado y sobre las ayudas que tiene a su disposición si quiere seguir adelante con su embarazo. Derecho a ser madre sin perder su dignidad laboral, su reconocimiento social, sus relaciones personales y familiares.
Es responsabilidad de todos, hombres y mujeres, decir alto y claro que el aborto no es bueno para la mujer, que le hace mucho daño, que no es la solución ante un embarazo imprevisto.
Y esto hay que gritarlo a los cuatro vientos en manifestaciones, artículos, marchas, congresos… sobre todo en este día, 8 de marzo, en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer.