La Lupa del Ya. El comportamiento de la Alcaldesa de Madrid, Ana Botella, durante la tragedia del Madrid Arena ha originado un debate abierto en la opinión pública y una grieta aún mayor en los apoyos que mantiene dentro del Partido Popular, que no ve con buenos ojos la gestión de la edil, y hace más que improbable que Botella se vuelva a presentar a una relección en 2015, aunque en su caso más bien sería la primera.
En mitad de la tragedia sucedida en el Madrid Arena, cuando tres chicas jóvenes fallecieron aplastadas por una avalancha humana en plena fiesta de Halloween, y dos de ellas se debatían entre la vida y la muerte con un fatal desenlace final para una de ellas, Belén Langdon, la alcaldesa decide seguir con sus planes familiares, y contra viento y marea, se marcha a un polémico viaje de ida y vuelta, realizado en dos ocasiones, -el jueves 1 pocas horas después de visitar el Instituto Anatómico Forense donde se encontraban los cuerpos de las tres jóvenes de 18 años Katia Esteban, Rocío Oña y Cristina Arce, y después de volver a Madrid el viernes, se marchó el sábado 3 hasta el domingo 4 de noviembre-, al Spa de lujo lusitano ‘Penga Longa Hotel Golf Resort’..
Aunque este hecho ha planteado a la gente de la calle, por múltiples razones, -que van desde la más básica empatía y sensibilidad humana, hasta la alta responsabilidad de su cargo, pasando por una investigación sobre la seguridad del edificio donde se desarrolló la fiesta que apuntaban al Consistorio como corresponsable y de no tener licencia de funcionamiento-, la posibilidad de una dimisión política de la alcaldesa, Ana Botella ha declarado que no piensa dimitir y que además no se arrepiente.
“Estuve trabajando en el despacho el viernes, estuve con la familia de Belén (la cuarta joven fallecida en Madrid Arena) el domingo, y el resto es mi vida privada…”manifestó cuando se esperaba cierta disculpa por sus “escapadas”. En muchos trabajos de menor responsabilidad, ese error le hubiera costado su puesto de trabajo, algo muy preciado hoy en día en una sociedad en plena crisis y con un altísimo índice de paro.
Todo el asunto quedó en manos de Miguel Ángel Villanueva, Vicealcalde de Madrid, quien ha tenido que capear la peor crisis que ha tenido la alcaldesa desde que asumió su cargo.
Se ha hablado, pero poco, de la labor realizada hasta hace unas semanas por la alcaldesa de Madrid, pese a no haber sido elegida por los ciudadanos y pese a ser la esposa de José María Aznar, puesto que no se entiende como alguien que ha estado durante ocho años al lado de un Presidente del Gobierno español, no ha sido capaz de darse cuenta del enorme sacrificio personal y la dedicación que requiere ocupar un cargo de la envergadura que representa la alcaldía de la capital de España,
¿Será cierto que Botella no admite de nadie que le mencione lo que se debe, y sobretodo lo que no se puede hacer, cuando se asumen determinadas responsabilidades a ese nivel?
El pueblo de Madrid no se merece que la primera madrileña de la ciudad abandone el barco a la primera de cambio, aunque existiera un viaje planeado con mucha antelación y confluyan circunstancias personales o privadas. Se trata de un código moral que el dirigente debe tener y al que se le debe exigir, porque Madrid necesita a alguien que este a la altura de las circunstancias.