Principal

Diario YA


 

Miembro de nuestro consejo editorial

Abel Hernández arrasa con Suárez y el Rey

Redacción. El periodista, miembro del Consejo Editorial de Diario YA, Abel Hernández, ganador del XXVI Premio Espasa de Ensayo con el libro Suárez y el Rey, acaba de presentar el libro que desde aquí fervientemente recomendamos. Convirtió, además, la presentación de su obra en un homenaje
a Sabino Fernández Campo, que proporcionó al autor testimonios fundamentales para su reconstrucción de los años decisivos de la Transición. Como desde aquí no seremos objetivos ocn la crítica, recurrimos a lo que otros medios han escrito.

Para El Mundo "Abel Hernández, depositario años atrás de confidencias de Suárez y alguna del Rey, presenta así su propia narración premiada: «Esta es la historia del chusquero que llegó a duque y del príncipe que llegó a rey. Los dos tuvieron una infancia y una juventud movidas e inciertas. De orígenes muy distintos, tanto don Juan Carlos como Adolfo Suárez vivieron en tensión interior y tuvieron que valerse por sí mismos. Alejados de sus padres -uno, don Juan, hijo de rey y el otro, el vividor Hipólito, de republicano- se agarraron a lo que pudieron, adaptándose sin rechistar a la penosa situación, que ellos soñaron con cambiar desde que se percataron y se conocieron. Ninguno de los dos procedía de una universidad de
renombre".

Para Libertad digital "tiene el autor la ventaja sobre los que han escrito sobre este tema –con la excepción de Josep Meliá– no sólo de haber estado presente, como periodista, cuando tuvieron lugar buena parte de los hechos, sino la de haber participado activamente en la formación de la opinión pública en los momentos más importantes de la Transición".

Para ABC "Abel Hernández ha echado la mirada atrás y ha recompuesto el complicado puzzle de la Transición, con un compañero de viaje de excepción, Sabino Fernández Campo, su principal fuente: «Sabino tenía que estar aquí hoy. Él ha sido uno de los testigos más importantes de nuestra
historia.
Abel Hernández cuenta el comienzo de la amistad entre el Rey y Suárez, en 1969, la posterior llegada de Suárez a la Presidencia del Gobierno, sus interminables jornadas de trabajo hasta el amanecer, en las que no eran raras las llamadas del monarca para darse ánimos. Y luego, el enrocamiento de Suárez que no acude al Parlamento, aquel ensordecedor ruido de sables, su dimisión en enero de 1981, cuando hacía tiempo que Don Juan Carlos había perdido la confianza en él. Quizá, como muchos creen ahora, la
enfermedad ya había hecho presa del político".

Para europa Press "el escritor y periodista Abel Hernández aseguró que el
principal fallo que tuvo Su Majestad el Rey durante la etapa de la
transición española fue haberse fiado "más" del general Armada que del que
en ese momento era el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez".