Acantilado rojo
Victor Alvarado
El cine chino tira la casa por la ventana con esta poderosa producción, que ha sido la más cara de la historia y que ha arrasado en la taquilla asiática.
John Woo regresa al cine de su país, tras varios años de ausencia. El cineasta es conocido en España por multitud de películas de acción, donde destacan Cara a cara (1997) con Nicolas Cage y John Travolta por su espectacularidad estética o Un ladrón siempre es un ladrón (1991) por su gran sentido del humor. El director oriental no ofrece una película bélica, rodada de forma espectacular y sin cortapisas económicas. Está basada en la novela del escritor del siglo XIV Luo Guanzhong, llamada Romance de los 3 reinos.
Bajo mi humilde punto de vista, Acantilado rojo (2010) es una de las mejores cintas bélicas en los últimos años. Las personas reacias al cine oriental no deben tener miedo a entrar a ver este largometraje, pues John Woo, que tiene larga experiencia en la meca del cine, imprime un ritmo especial a la película. La historia de amor, aunque breve, nos parece bonita y se encuentra cargada de dramatismo. El tratamiento de la estrategia militar es digno de ser tenida en cuenta porque se dispone como una partida de ajedrez. Además, los razonamientos de los militares sobre la táctica le parecen acertados a un crítico de cine que no es experto en la materia, pero que ha leído algo sobre estudios de batallas.
La cinta resulta bastante explícita en el uso de la violencia. Sin embargo, nos ofrece valores ciertamente interesantes como el sacrificio por el bien del pueblo de la mano de la princesa, la lealtad entre compañeros junto con las alianzas para derrotar a un gobierno totalitario. Las fuerzas del bien, formadas por dos reinos, que se enfrentan al todopoderoso Cao Cao, entienden que el primer deber del ejército es proteger a la población civil. El largometraje en cuestión ofrece una serie de frases para hacer pensar, aunque sin ser desarrolladas, que sirven para completar una historia interesada principalmente en el conflicto bélico que el director John Woo ha comparado con una Troya, pero, por motivos obvios, a la naranja, que te mantiene con los ojos muy abiertos.
Por último, recordarles que este largometraje duraba 5 horas en el mercado asiático, no obstante, se fue reduciendo hasta llegar a los 135 minutos finales para occidente.