Luis Alfonso
El Papa ha venido a España para ayudarnos a reconocer que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. A esto fue a Inglaterra, ha esto ha venido a Santiago y Barcelona y a esto le dedica cada día de su vida.
No es difícil ver que quien se toma la vida de manera frívola, pensando que sus solas fuerzas pueden con todo el peso de la vida no es consciente de la realidad, no es consciente de que somos “nada”, y Cristo ha venido para tener piedad de nuestra nada y rescatarnos. A eso ha venido el Papa a España.
Cuantas veces parecemos atontados dejándonos llevar por una vida gris, sin destino, sin objetivo, con el mismo interés que la vida de una hormiga. Ignoramos estas cuestiones y vivimos centrados en las cosas menos importantes. Se nos pide tener iniciativa, se nos pide tener el deseo de la búsqueda de la verdad de nuestra vida, a eso ha venido el Papa. La defensa de la vida o de la familia (ahora ya hay que añadir tradicional) no son más que una consecuencia, no son el objetivo.
La conmoción por la vida es esta distancia entre el Ser que lo es todo y nosotros que no somos nada. Pertenecer a la Iglesia no es ser puro e inmaculado, pertenecen a la Iglesia los que tienen vivo el deseo de reconocer a Cristo, de reconocer esta distancia porque el mal que hacemos no es lo que nos define, nos define el amor de Cristo, que se ve en nuestra vida.
No nos confundamos, el Papa no ha venido a enfrentarse al Gobierno, no ha venido a pedir a Zapatero que cambie la ley del aborto, ha venido a dar testimonio.