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José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

el aguijón

Algo más que tiki taka

David Martín. 15 de diciembre. 

Por fin se jugó el partido entre el F.C. Barcelona y el Real Madrid. La Sexta nos lo venía anunciando desde hace tiempo por activa, pasiva, e incluso por perifrástica. Todos los avances técnicos parecían quedar pequeños para promocionar antes y contar después el duelo deportivo por excelencia. Dos caras conocidas, una de ellas madridista, la otra blaugrana, aparecían de vez en cuando por la pequeña pantalla formando un único rostro y casi atemorizando al espectador lo invitaban a no perderse el duelo deportivo de la jornada, del mes, del año, del siglo o, como dijo Antonio Esteva, horas antes, durante la narración del Valencia-Espanyol, del partido más importante del mundo. Sí, ése que se juega todos los años y en la mayoría de los casos es un auténtico muermo para los que no son fanáticos de uno u otro equipo. 

La cadena se puso sus mejores galas y desde las 18:30 empezó a llenar la programación de videos y reportajes sobre lo que horas después se iba a vivir en el Camp Nou. Un previo del partido cuya nota más destacable es la emisión de tres cuartas partes del encuentro Valencia-Espanyol en una pantalla de formato reducido y la falta de respeto que tuvo con los simpatizantes de estos equipos al privarles de ver el final del enfrentamiento porque había que dar paso a la publicidad. Una vez pasados los anuncios, conexión con el estadio del F.C. Barcelona y del resto ni acordarse. Ya en el duelo entre barcelonistas y madridistas lo cierto es que no se escatimó en absoluto y es de agradecer porque en un clásico no se debe escatimar y menos aún en una cadena que vive para y por el deporte. Susana Guash y Dani Montesinos cumplieron a la perfección a pie de campo y contaron con detalle todo lo que aconteció en los banquillos de Guardiola y Juande Ramos; Felipe del Campo, en la zona de palco, también tuvo a los protagonistas más relevantes de la zona vip antes, durante y después del encuentro; Nira Junco, en los extriores del estadio, aportó la opinión de los aficionados y Julio Salinas y Jorge Valdano acompañaron la narración de Andrés Montes con comentarios bastante ilustrativos, pero faltaba algo esencial para realizar una transmisión en consonancia con el evento: saber mínimamente lo que se estaba narrando.

Andrés Montes es uno de los mejores narradores de baloncesto que tiene este país, si no es el mejor. Lo demostró en Antena-3 de radio y Canal Plus y lo ha demostrado en La Sexta, pero de fútbol y de futbolistas o nos tiene a muchos engañados o sabe lo justo. Es imposible, y lo volvió a demostrar en el Barça-Madrid, escuchar a Montes y saber que lo que dice hace referencia al partido de fútbol que se está viendo y no a otro encuentro o alguna escena de un musical de Broadway. Como buen profesional utiliza todo tipo de recursos para no caer en aquello en que se ve limitado y para ello se sirve de los comentaristas de turno, pero en ocasiones no es suficiente y peca en exceso de desconocimiento. No se le puede negar la intención de agradar y amenizar la transmisión, pero los que gustan del deporte rey no piden un bufón, sino alguien que sepa, al menos, el nombre de quien lleva el balón.

Ahora, a las puertas del fin de la era analógica, muchos disponen de la señal digital a través de la TDT y hay que felicitar que La Sexta posibilite escuchar la emisión del partido de los sábados en cualquiera de las cuatro lenguas oficiales. Les propongo que lo intenten y sigan el encuentro en catalán, vasco o gallego porque lo mismo, además de avanzar en el bilingüismo, todos nos enteramos de lo que ocurre durante el partido y no sólo de que el juego al primer toque en La Sexta, Andrés Montes lo llama tiki-taka.

 

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