Animar a la juventud
José María Solanes Miguel. Quien no recuerda ese antiguo refrán “JUVENTUD DIVINO TESORO” y que razón contiene. La juventud es un diamante en bruto que hay que saber tallar, y aquí es donde los adultos tienen su mayor y más sublime labor, con su palabra y, sobre todo, con su ejemplo realizar esa labor maravillosa de convertir ese “pedrusco” sin brillo, en una gema de altísimo valor. Ya sabemos que algunas veces habrá que aplicar el cincel, quizás con dolor, para borrar toda la escoria que sobra, pero el resultado final nos compensará sobradamente.
Todo este preámbulo, un poco largo quizás, sirve para retomar el título de esta carta: “Animar a la juventud”.
En mis contactos con diferentes asociaciones he echado siempre en falta la ausencia de jóvenes en sus Juntas directivas. Y al hablar de jóvenes, me estoy refiriendo a personas con edades comprendidas entre veinte y cuarenta años. Solo tuve una experiencia, presidiendo una Asociación Vecinal, que me dio una gran alegría. Vino a verme un profesor de un Colegio para proponerme la participación de un pequeño grupo de estudiantes de los últimos cursos de Bachillerato, en las actividades de la Asociación. Al final, y por razones que desconozco, no se hizo nada.
Y lo que digo en lo referente a Asociaciones Vecinales, lo puedo decir también en política. También he tenido una experiencia.
¿Qué es lo que retrae a la mayor parte de la juventud para tomar parte en las actividades descritas anteriormente (política, asociaciones,…)? ¿Qué idea tienen los jóvenes de la política? Pienso que el comportamiento de muchos políticos, en la actualidad, han provocado en los jóvenes un desinterés generalizado. Ven como la única tarea que ocupa la mayor parte del tiempo de los políticos actuales es la búsqueda de poder, de votos, de riqueza, etc.
Para afrontar este ambiente actual, necesitamos una auténtica sabiduría política, que cambie este ambiente caracterizado por el relativismo cultural y el individualismo utilitarista y hedonista.
Es la hora de trabajar con la finalidad de que los jóvenes se ilusionen y adquieran esa sabiduría política para entregarse y trabajar para lograr una sociedad basada en nuestras raíces cristianas, desde puestos ejecutivos de Asociaciones Vecinales y desde la política de servicio a los demás.