Eli B. Vile. Es la segunda vez que en México y en Cuba esperan un Papa. Se trata de un hecho importante, pues para los católicos, numerosos en ambas naciones, el Sucesor de san Pedro representa un vínculo de unión, una garantía para la fe y un sostén para la esperanza. Con esos deseos viaja Benedicto XVI a América. Lo hace cuando está a punto de cumplir 85 años.
Joseph Ratzinger tenía 78 años cuando fue elegido a la Cátedra de Pedro el 19 de abril de 2005, como era consciente de los límites de su edad, en su primera aparición y, antes de dar su bendición apostólica, nos dijo: “Después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido a mí, un sencillo y humilde obrero de la viña del Señor. Me consuela que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con herramientas insuficientes, pero sobre todo confío en vuestras oraciones”.
Hoy, a punto de cumplir su séptimo aniversario de Pontificado, Benedicto XVI ha podido emprender 23 viajes internacionales que le han llevado a los cinco continentes. El Papa nos ha invitado a acompañarle con la oración en su viaje apostólico para que se cosechen abundantes frutos de vida cristiana y renovación eclesial que contribuyan al auténtico progreso de esos pueblos. ¡Así lo haremos Santo Padre!