Ante el proyecto de ley de salud sexual y reproductiva
Fernando Ferrín Calamita. Causa "extrañeza" que después del rechazo por el Congreso a las enmiendas a la totalidad del Proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer (¡vaya nombre¡), las mujeres "miembras" del Gobierno se fotografíen con la inefable Bibiana Aído, todas sonrientes, como si fuera un éxito el apoyo parlamentario alcanzado en esta primera fase..
¿No decían que el aborto es un fracaso, un drama para la mujer? Entonces, ¿de qué se ríen?
Mención aparte merece José Bono, acudiendo al Evangelio para justificar su voto a favor del aborto, y apelando a la conciencia de la mujer. Patético. Sin comentarios. Como el apoyo del PNV a cambio de contrapartidas ocultas.
En las "clínicas" abortistas veo que entre los "servicios" que se ofrecen está la psicoterapia. Por algo será. El trauma para la mujer que aborta no lo cura ni el mejor psiquiatra del mundo. Siempre se acordará la "madre" del aniversario del niño que ha matado.
Y mientras tanto, paradojas de la vida, innumerables listas de espera para adoptar niños.
Lo progresista es defender la vida, ayudar a la mujer embarazada con problemas, y si a pesar de ello no quiere asumir la crianza del niño, promover su inserción en un hogar que le proporcione calor y felicidad. A lo que tiene derecho.
¡Que en pleno siglo XXI, 61 años después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y cuando acabamos de cumplir 20 de la Convención sobre los Derechos del Niño, estemos todavía discutiendo el derecho básico y primario de toda persona, que es el derecho a nacer, crecer y morir en su proceso normal¡
No estamos progresando, sino regresando a épocas pasadas. Joseph Mengele también se consideraba "católico y romano"...
Precisamente en el Preámbulo de la Declaración de 1948 se dice que "Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias...", así como que ""el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento".
Como jurista, a mi modesto entender, una norma interna española no puede ir contra una norma internacional sucrita por España. Eso al menos en teoría. Se estudia en primero o segundo de Derecho.
En fin, se llame como se llame ( aborto, IVE, eutanasia, muerte digna, etc), toda intervención humana sobre el proceso normal de nacimiento, crecimiento y muerte natural de un ser humano es un acto de barbarie, un crimen.
Considerar el aborto un derecho de la mujer, como si el nuevo ser fuera un apéndice, un quiste o tumor que hay que extirpar como una prestación santitaria más, es algo incalificable. No hay palabras para definir lo que supone tal acto.
El aborto tendría que ser un delito siempre y en todo caso, como regla general. Y dejar al criterio del juez que en excepcionales y acreditados casos (grave e inminente peligro para la salud física de la madre, por ejemplo), no fuere punible. O sea, el criterio del legislador hasta 1985. Antes de la parcial despenalización del aborto de tal año nunca se sancionaba a una mujer que abortaba en determinados supuestos excepcionales. El juez aplicaba eximentes de responsabilidad, como el estado de necesidad.
Es decir, ya desde hace más de 24 años la mujer que aborta no entra en la cárcel. Argumento que se sigue esgrimiendo de foma demagógica para dar cobertura y "mayores garantías" a la mujer que aborta.