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Diario YA


 

Así lo demuestran los resultados electorales

Ante la crisis: Derecha en Chile y Rumania

José Luis Orella. Ese parece el resultado de las últimas elecciones presidenciales en Rumanía y Chile. En el país balcánico, después de una complicada lectura de votos, ha sido Traian Basescu, quien se ha impuesto por la mínima (50,33 %) a su contrincante socialista Mircea Geoana (49,66 %). No es que Basescu sea un buen gestor, protagonizó la entrada en la Unión Europea, pero el miedo a que los antiguos comunistas suban como socialistas al poder, produce pánico. Sin embargo, el país sigue en la miseria y con altas dosis de corrupción, pero las ayudas europeas y sobre todo, las particulares de los emigrantes (796.576 en España) son las que están modernizando un país que tiene su futuro en el turismo, ya podemos temblar.

Con respecto a Chile, el conservador Sebastián Piñera se ha impuesto con un contundente 44 % al democristiano Eduardo Frei, quien con un 29 %, ha visto como el voto socialista de la Concertación se iba a Marco Enriquez Ominami, el independiente de izquierdas que le ha arrebatado una victoria segura. Jorge Arrate, por su parte, ha reunido el voto duro de un comunismo que sube al 6,2 %. La segunda vuelta será la que decida el próximo presidente chileno. Hasta entonces, la unión de democristianos, socialistas, socialdemócratas y radicales (la expresión de la masonería en política) han evitado que la derecha pudiese subir al poder. Cuando la Alianza por Chile, coalición de los dos partidos derechistas (Renovación Nacional y Unión Demócrata de Independientes) obtenía buenos resultados electorales, los guardianes de la concertación volvían a desenterrar la división social en torno al binomio Pinochet/Allende. La derecha chilena ha sabido unirse, sin perder la identidad de sus componentes, aunque Piñera sea el peor de los candidatos propuestos, siempre propenso a ceder en los principios morales. Sin embargo, el enorme bolso de votos sociales que le proporcionan los gremialistas de la UDI le impide su camino al centro. La herencia del Jaime Guzmán, el padre intelectual de la derecha moderna, asesinado por terroristas comunistas, vincula todavía a la derecha a un discurso social y cristiano. No obstante, Piñera, a través de su amistad con José María Aznar tiene como modelo al PP español, una maquina electoral, bien engrasada para conquistar el poder, y alejada de los problemas reales de la sociedad. 

Por su parte, Marco Enriquez Ominami, hijo de un dirigente del MIR, criado por un dirigente socialista, representa el renacimiento de una izquierda transformadora, que revive sus raíces, como Die Linke en Alemania. Resulta curioso, que tanto el PSOE, como el PP, ansiosos de apoyar los dos candidatos en ascenso, tengan que apoyar de forma oficial a Eduardo Frei, peso fuerte de la democracia cristiana, y como candidato de la Concertación, representante oficial de las dos internacionales (socialista y de centro). Frei, además del apoyo unánime internacional, necesita de forma determinante el voto izquierdista de Ominami para poder vencer. Sin embargo, la primera victoria de una derecha centrada en gestionar la crisis económica, puede dar la oportunidad esperada a un joven Ominami que se presente como el Lula de Chile (populismo izquierdista/gestión liberal de la economía). Esperemos que la derecha chilena no pierda su discurso moral, es su piedra clave para vencer a una izquierda peligrosa en el futuro.