Ante la dimisión de la secertario de estado irlandesa por su rechazo a la nueva ley del aborto de su partido
Fina Millán-Hita. Se ha producido un hecho que merece ser destacado por lo inusual. La Secretaria de Estado irlandesa de Asuntos Europeos, señora Lucinda Creighton, ha dimitido por su rechazo a la nueva ley del aborto, elaborada por el Gobierno de coalición entre democristianos y laboristas.
Es, sin duda, una noticia poco frecuente - por su valentía y coherencia admirables - que bien podrían imitar muchos de nuestros políticos que se dicen creyentes, pero que no le hacen ascos a una ley injusta y claramente inhumana. Produce tristeza y desazón la incongruencia de muchos políticos españoles, que no dudan en despojarse de sus creencias y valores para doblegarse a una ideología letal para el ser humano.
Mis felicitaciones a la señora Creighton, y mis condolencias a algunos políticos por haber enterrado su dignidad en aras de lo políticamente correcto.