Ebury, la fintech especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas subraya el comportamiento inusual del dólar en actual crisis de los aranceles. “La lógica económica sugeriría que el aumento de los aranceles estadounidenses sería alcista para el dólar, sobre todo porque la divisa refugio tiende a repuntar durante períodos de mayor incertidumbre y tensión en el mercado. Sin embargo, rompiendo con la norma tradicional, este no ha sido el caso en esta ocasión”, explica Matthew Ryan, director de Estrategia de Mercado de Ebury. “Atribuimos este comportamiento tanto al temor de que los aranceles pudieran llevar a la economía estadounidense a una recesión como al extraño y poco sólido proceso seguido para establecer el monto de los aranceles, que ha minado la confianza en el marco institucional estadounidense”.
El director de Estrategia de Mercado de Ebury asegura que la eacción de las divisas no ha sido tan predecible como en otras crisis. “Hasta ahora, los claros ganadores siguen siendo el yen japonés y el franco suizo, considerados refugio seguro, lo cual no sorprende, mientras que el euro también se ha consolidado como un cuasi refugio seguro dada su alta liquidez”.
Explica que el mejor indicador global de la economía china y del yuan es el dólar australiano, que ha sufrido un duro golpe desde el miércoles (con una caída de más del 4%). “Curiosamente, las divisas asiáticas se mantienen razonablemente bien y las de Latinoamérica (que inicialmente tuvieron un rendimiento superior) han enfrentado dificultades desde entonces ante la preocupación de que una desaceleración del crecimiento en China pueda acarrear un grave desastre para los precios de las materias primas”, añade.
Continúa la montaña rusa arancelaria: China, golpeada con gravámenes del 104%.
Los mercados financieros se han visto sacudidos desde el “día de la liberación”, que ha machacado a los activos de riesgo y creado un entorno bursátil muy impredecible.
Los aranceles recíprocos en sí no eran ni mucho menos inesperados: Trump y su equipo habían señalado desde hace tiempo el 2 de abril como la fecha clave. Es la severidad y el carácter exhaustivo de los aranceles lo que ha cogido a los mercados por sorpresa. Trump aplicó un arancel mínimo del 10% a todos los países, salvo un puñado de excepciones (Canadá y México brillaron por su ausencia, al igual que Rusia). La mayoría de los países sufrieron impuestos a la importación mucho más elevados, especialmente China (que ahora se enfrenta a un arancel total del 104%), la Unión Europea y Asia. Estos gravámenes entraron en vigor esta mañana justo después de la medianoche del huso horario EDT.
Como suele ocurrir en periodos de agitación, la reacción inicial de los inversores ha sido reducir su exposición a los activos de riesgo y aumentar la de activos refugio. Los mercados bursátiles se vieron golpeados inmediatamente después del “día de la liberación”, ya que los inversores anticipaban que las restricciones comerciales no sólo afectarían al crecimiento de EE.UU., sino que perjudicarían a la salud de la economía mundial. Muchos de los principales índices, incluido el S&P 500 (que la semana pasada registró su mayor caída en un día desde 2020), han llegado a caer más de un 10% en un momento dado, y el índice VIX, que muestra la volatilidad de la renta variable, alcanzó su nivel más alto desde el inicio de la pandemia.
El curioso caso del dólar estadounidense
La reacción del mercado de divisas no ha sido tan previsible como se esperaba. De momento, los claros ganadores siguen siendo el yen japonés y el franco suizo, como refugio seguro, lo que no es ninguna sorpresa. El euro también se ha erigido en cuasi refugio seguro, dada su elevada liquidez. El mejor indicador global de la economía china, y del yuan, es el dólar australiano, que se ha visto muy impactado desde el miércoles (con una caída superior al 4%). Curiosamente, las divisas asiáticas están resistiendo razonablemente bien, mientras que las latinoamericanas (que mostraron un buen rendimiento inicialmente) han sufrido desde entonces. ¿El motivo? La preocupación de que una ralentización china provoque un desplome de los precios de las materias primas.
La lógica económica sugeriría que el aumento de los aranceles estadounidenses sería alcista para el dólar, entre otras cosas porque la divisa refugio tiende a repuntar durante los periodos de mayor incertidumbre y tensión en los mercados. Sin embargo, esta vez no ha sido así. Lo atribuimos al temor de que los aranceles lleven a la economía estadounidense a una recesión (Polymarket estima ahora que hay un 59% de probabilidades de que se produzca en 2025) y a la cuestionable metodología utilizada para establecer la cuantía de los aranceles que está mermando la confianza en el sistema institucional estadounidense.
Recesión en Estados Unidos: ¿evitable o inevitable?
Las previsiones para el crecimiento económico mundial ya habían sufrido revisiones a la baja desde los anuncios arancelarios de Trump, y que se vuelvan a producir dependerá de dónde acabe la tasa arancelaria media. Algo que sabemos con certeza es que los aranceles lastrarán al crecimiento mundial, y si se mantienen en niveles cercanos a los actuales, las perspectivas mundiales empeorarán significativamente. Estos son los motivos:
Los flujos comerciales se contraerán, y no se establecerán rutas comerciales alternativas hasta pasado un tiempo.
Las cadenas de suministro se verán afectadas.
Es probable que las empresas retrasen sus decisiones de inversión y contratación debido a la incertidumbre arancelaria y económica.
Es probable que la caída de las bolsas disminuya el gasto de los consumidores al sentirse en una peor situación económica.
Aunque consideramos que Asia es una de las regiones más expuestas a una ralentización económica, por ahora la atención se está centrando en el impacto de los gravámenes en la economía estadounidense. Esta se verá afectada tanto por un sentimiento económico más débil entre empresarios y consumidores, como por el aumento de la inflación. En este sentido, será interesante ver cómo responde la Reserva Federal a los riesgos de estanflación que plantean los aranceles. Seguimos pensando que la atención de la Fed se centrará sobre todo en contener la inflación. Asimismo, creemos que las expectativas actuales de recortes de tipos son excesivamente elevadas (el mercado prevé 90 puntos básicos de recortes en lo que queda de año). Los comentarios de Powell del viernes parecen respaldar nuestra tesis.