Armenia, Roma y Partia: Armenia sigue
Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Al acabar el año 2015, aquellos que hemos dedicado nuestro tiempo al reconocimiento del Genocidio de los Cristianos Armenios a manos de los Turcos Otomanos Musulmanes, en el contexto de una " limpieza " aún mayor de cristianos caldeos, coptos egipcios y maronitas entre otras minorías cristianas como parte de una construcción nacional musulmana y no árabe, que alcanzaron más de 2.000.000, podemos pensar que, puesto que finaliza este año en que se Conmemora el Centenario de esta masacre martirial, finaliza también la lucha por el reconocimiento de la Verdad acontecida hace un siglo.
Jamás sucederá eso en lo que toca a este Diario, de profunda línea editorial cristiana, ni a mí, pues esta lucha es la lucha por la defensa de nuestros hermanos en Jesucristo, ante quien toda rodilla musulmana y no musulmana se doblará, y la lucha continuará hasta su Vuelta con el Poder y la Gloria Eternas dadas a él por el Padre. He querido que éste fuera mi primer artículo del año 2016, como inicio y parte de una serie de artículos que continuarán, con la ayuda de Dios Padre " Jahvé de los Ejércitos ", y por la mediación de Jesucristo, y en los que trataré diferentes aspectos de la historia de este gran pueblo cristiano, primero en su conversión al cristianismo en el año 321, para que apreciemos su existencia que cobra sentido real por sus raíces cristianas, omitirlas haría desaparecer a Armenia y hacerla volver al paganismo de Urartu. Veamos hoy un poco de su Historia Antigua.
En la frontera oriental del Imperio Romano, el rey parto Artabano III, gobernaba sobre los partos en un proceso de ampliación, creación y restauración nacional constantes, en un sistema copiado de las antiguas satrapías persas. El historiador Plinio el Joven nos muestra que el Imperio Parto estaba compuesto por 18 minireinos; Artabano tenía la intención de convertir a Armenia en el 19º. Armenia, que había pertenecido al Imperio Seléucida griego, fruto del fraccionamiento del Imperio Griego de Alejandro Magno, era un estado tapón entre Roma y el Imperio Parto.
Desde el gobierno de Augusto, Armenia había estado bajo la protección de Roma, lo que le había dado una prosperidad y paz hasta entonces desconocidas. Artabano atacó Armenia en la década de los 30, con la ayuda de tropas mercenarias escitas procedentes del norte, de la actual Georgia y Azerbayán, que no existió como tal hasta el año 1918, siendo antes Persia, lo que no fue así en el caso de Georgia, llamada antes Iberia y consagrada a San Jorge y a la Virgen desde hace ya más de 1500 años. El comandante romano no quería iniciar un aguerra abierta y ofreció a Artabano entablar negociaciones de paz. En el año 37 d,C., Artabano aceptó reunirse con el diplomático romano en la misma frontera parto - romana: en mitad del Éufrates.
Finalmente, las tropas partas y romanas se comprometieron a una retirada parcial: Armenia seguiría actuando como Estado Tapón y asumiendo su gran y noble deber de protección de la libertad que iba a venir de Roma a través del cristianismo, y ellos fueron los primeros en entenderlo como pueblo y fueron iniciadores de la declaración oficial del cristianismo como religión del Imperio Romano en el 325 d. C. Observando detenidamente este recorrido histórico vemos que no hay " nada nuevo bajo el sol " como nos enseñó el rey Salomón, y que la historia se repite con actores diferentes, aunque Armenia sigue, y hay en escena otros como Turquía y Rusia.
Del papel de éstos hablaré, Dios mediante, con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo, en próximos artículos. Por cierto, la foto nos muestra una Asamblea de los Jóvenes Turcos, en la Sede de la Logia Masónica de Salónica que, en gran parte, estaba formada por musulmanes egipcios. Ya entonces se veían los nexos de hoy, pues el Maligno es el mismo.