Así se defiende la vida en Iberoamérica
Mesa Coordinadora Nacional por la Vida. Amigas y amigos: El próximo 29 de noviembre nos enfrentamos a una decisión crucial. Se nos pide elegir entre dos fórmulas. En una de ellas, los candidatos se han declarado públicamente a favor de legalizar el aborto y de no vetar esa ley si es aprobada en el Parlamento. Como sabemos, si gana esta fórmula presidencial estarán dadas las condiciones para que sea legalizado el aborto en el Uruguay.
En la otra se trata de candidatos que no han votado en el pasado a favor de legalizar el aborto y se han comprometido a vetar la ley si es aprobada en el futuro.
Para los que defendemos el derecho de todo ser humano a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la elección no deja lugar a dudas.
El derecho a vivir es un tema decisivo a la hora de votar. Nada puede compensar, en un programa político, el atentado contra el derecho a la vida.
Ninguna mejora, reforma o beneficio social se puede comprar con la sangre de los inocentes.
¿Cómo hablar de JUSTICIA, si a unos se les permite vivir y a otros no?
¿Cómo hablar de SOLIDARIDAD, si aceptamos que se sacrifique a los que más necesitan de nuestro apoyo y protección?
¿Cómo hablar de SEGURIDAD, si convertimos al útero materno en el lugar más inseguro para el más indefenso?
¿Cómo hablar de LIBERTAD para todos, si a aquellos a los que se les quita la vida se les niega la libertad de vivir?
¿Cómo hablar de NO DISCRIMINACIÓN, si al negarle el derecho a la vida, se está discriminando al más indefenso de todos?
No se puede pensar en justicia social, solidaridad, igualdad, ni libertad, en una sociedad en la que no se respeta el derecho a la vida.
Una sociedad en la que a unos se les permite vivir y a otros, inocentes, se los condena a morir, es una sociedad deshumanizada.
Al votar el 29 de noviembre cada uruguayo y cada uruguaya va a estar decidiendo con su voto la vida o la muerte de miles de niños uruguayos.
Es sabido que, una vez legalizado el aborto, la cantidad de abortos aumenta a pasos agigantados.
Así ocurrió en EE.UU., en Gran Bretaña, en España y en muchos otros países.
Hoy día, con el aborto legalizado en buena parte del mundo, son abortados unos 80 niños por minuto en el planeta, 120.000 en un solo día.
¡No queremos que Uruguay recorra ese camino!
Queremos un Uruguay para todos.
Queremos que retornen los que emigraron, y que nazcan los que están por nacer.
Queremos una verdadera solidaridad con la mujer, que la ayude a traer a su hijo al mundo, en vez de abandonarla a la terrible soledad del aborto.
Que se apruebe el proyecto de ley de ayuda a la mujer embarazada que está en el Parlamento, para buscar una solución positiva y humana a este problema.
No seamos, con nuestro voto, cómplices en legalizar el asesinato de los inocentes más inocentes e indefensos de todos.
Que la defensa de los oprimidos y la solidaridad con los más necesitados no se convierta en palabrería vacía.
Que no se aplique sólo a unos, privilegiados, y excluya a los más jóvenes de los uruguayos.
¡NECESITAMOS ASEGURAR EL VETO A LA LEY DE ABORTO!
¡Solamente nuestro voto del 29 por un candidato que ha prometido vetar la ley de aborto puede lograrlo!
Y ese voto es responsabilidad de cada uruguayo y de cada uruguaya, más allá de convicciones religiosas o colores políticos.
¡LA VIDA HUMANA NO TIENE CONFESIÓN RELIGIOSA NI BANDERA PARTIDARIA!
Por eso, COMPATRIOTAS, ya seamos blancos, colorados, frentistas, independientes, así hayamos votado en blanco o anulado, el próximo 29:
¡VOTEMOS A FAVOR DEL DERECHO A VIVIR PARA TODOS!
¡VOTEMOS A FAVOR DEL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS!
¡VOTEMOS A FAVOR DE LA VIDA HUMANA!
¡VIVA EL URUGUAY!
¡VIVA LA PATRIA!
Montevideo, 23 de noviembre de 2009.