Ascenso y caída de CCM
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Redacción Madrid. 29 de marzo.
La intervención del Banco de España en Caja Castilla-La Mancha (CCM) pone punto y aparte en la breve historia de la entidad, nacida en 1992 de la fusión de las cajas de ahorro de Albacete, Cuenca y Ciudad Real y Toledo. Su excesiva exposición al sector del ladrillo es una de las claves del los problemas de la caja.
CCM, con presencia en 20 provincias, cuenta con 580 oficinas en 8 Comunidades Autónomas y una plantilla de 2.300 personas.
El pasado año, obtuvo un beneficio de 29,8 millones de euros, el 87,1 por ciento menos que el año anterior, la mayor caída entre las 45 entidades pertenecientes a la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). El aumento de la morosidad y las pérdidas por el deterioro de activos hasta los 140 millones obligaron a la entidad a triplicar las dotaciones hasta los 16,5 millones.
CCM tiene concedidos créditos por importe de 19.536,8 millones de euros entre sus cerca de un millón de clientes, y cuenta con unos depósitos de 17.265 millones.
En 2000 creó CCM corporación, mediante la que, según su página web, participa en más de 60 proyectos empresariales de diversos sectores como minería, energía, infraestructuras, inmobiliario, manufacturero, de alimentación, servicios, tecnología o seguros
Entre algunas de las empresas participadas están Plainsa, Angalia Tour Operador, Agrocaja, Desarrollos Aeronáuticos Castilla-La Mancha, Lhotse Desarrollos Inmobiliarios, Paralia Global de Inversiones, el Aeropuerto de Ciudad Real, Hormigones y Aridos Aricam. En enero, el grupo constructor DHO, participado por la entidad, solicitó e el concurso de acreedores. A mediados de marzo, Global Cartera de Valores, participada también por la entidad, se declaró siguió el mismo camino.