Redacción. Nuevo atentado suicida en la ciudad de Rawalpindi, cercana a Islamabad, cuando un suicida que llevaba una carga explosiva adherida al cuerpo y varias granadas, explosionó en mitad de la procesión de un grupo de musulmanes chiítas que se dirigían a una mezquita, causando 16 muertos y una treintena de heridos.
Apenas un día antes de la celebración de la Cumbre de países del Desarrollo 8 (D8) en Islamabad, donde ocho países musulmanes (Pakistán, Irán, Indonesia, Malasia, Nigeria, Bangladesh, Turquía y Egipto) se reúnen desde hace quince años para reforzar su cooperación económica, se produce este atentado en una población muy cercana y a tan solo quinientos metros de la mezquita donde se dirigía el grupo. La fuerte explosión provocó un apagón en la zona que originó una gran confusión.
Horas antes de este suceso, otro atentado doble había acabado con la vida de cinco fieles chiíes en el barrio de Orangi de la ciudad meridional de Karachi. Fuentes policiales del lugar afirman que la primera explosión fue al parecer provocada por un terrorista suicida que se desplazaba en motocicleta y que chocó contra un motocarro.
Ante los hechos acontecidos este miércoles, Pakistán está en máxima alerta de seguridad. El “mes de Muharram” tiene un gran significado para la confesión chií, una corriente islámica que sigue el 20 por ciento de la población del país.
En el noveno y décimo días de Muharram (próximos sábado y domingo), los seguidores de esta línea, considerada herética por algunos radicales suníes, recuerdan del martirio del imán Hussein, nieto de Mahoma y uno de los fundadores del chiísmo.
Las concentraciones por esta celebración -denominada 'ashura'- son escenario habitual de atentados.