Avanza el calentamiento global
Carlos Gregorio Hernández. 19 de febrero.
Lo cierto es que el calentamiento no incide en todo el mundo por igual. Como bien dice el cuestionado ministro de Justicia faltan los proletarios, aunque se olvida de que también faltan los sindicatos, los no proletarios en general e incluso la oposición, porque todavía ningún partido con representación parlamentaria ha abogado por una huelga general. Felipe González abjuró del marxismo en plena transacción, pero la tesis de la lucha de clases reaparece recurrentemente y el socialismo del presente todavía no se ha desprendido de sus tópicos añejos. Queda claro que el tópico les sirve hoy igual que en el pasado para señalar culpables y evadir responsabilidades. El edificio teórico de Karl Marx no nació de la nada. Proletario fue un término de cuño romano, igual que la clase, que era la moneda que emplearon los reyes romanos para ordenar censitariamente la política de la urbe fundada por Rómulo. El legendario rey Servio Tulio estableció aquella convención que luego el marxismo redujo a otra convención, aunque todavía más simple. Marx y ahora Bermejo no supieron contar más que dos. Puro maniqueísmo.
Si descendemos de escala y observamos la repercusión de la crisis en lo local podemos constatar que también aquí se muestra de forma desigual. Si a nivel nacional los sindicatos se decantan por la política del diálogo y de la concertación en Madrid prefieren el piquete. Por supuesto que nada tiene que ver el azul político de Cibeles y Sol. Faltaría más. ¿Estará Madrid llena de pilotos y jueces? Algunos se atreven a afirmar que Madrid-Barajas (“Adolfo Suárez” según el nomenclátor pepero) y
Escribía un republicano como Gregorio Marañón que decir República era decir nada. Las formas de gobierno no son buenas o malas per se sino que dependen de la realidad que las complete.