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Diario YA


 

De película

Bajar el precio de las entradas

José María Caparrós

La reciente Fiesta del Cine ha demostrado que el público aficionado responde ante la gran pantalla si los exhibidores ofrecen las entradas más baratas. La nueva iniciativa llevada a cabo por los empresarios españoles llenó las salas cinematográficas con largas colas y cientos de miles de espectadores, en Madrid y Barcelona.

La entrada se puso a 2,90 euros. En esta segunda ocasión, había que inscribirse antes, pero sin adelantar el importe. De ahí que se registraran en la web de esta convocatoria más de 1.500.000 personas. Y en siete días la venta subió el 900%, 850.000 entradas en 48 horas. De ahí que el empresario de los multicines Renoir, Enrique González Macho -actual presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España-, manifestara ante este éxito que “no han sido más, porque la gente no cabía en las salas”, al tiempo que afirmó que “era necesario adecuar el precio a la demanda”.

En nuestro país, el número de pantallas es de 2.924, distribuidas en 323 cines, que representan el 90% del parque español de salas. Pero con la subida del IVA al 21%, las descargas legales e ilegales de películas se han disparado, y el público ve los filmes de estreno o reestreno preferente en el propio ordenador.

No obstante, como afirmaba el especialista Pedro Vallín, “aún hay otra interpretación estos días, procedente de la teoría económica: no es el IVA ni son los precios, sino la brutal pérdida de poder adquisitivo de las clases medias, pues su nivel de consumo es a la postre único motor de los sectores del ocio, empezando por la cultura”. Sea como fuere, hay que bajar el precio de las entradas, si queremos salvar el cine en la pantalla grande de unas salas cada vez más vacías.