Balonmano: China no fue rival (22-36)
La selección española de balonmano ha logrado su segunda victoria en los Juegos Olímpicos tras superar con solvencia el trámite que le enfrentaba a China (22-36) en la tercera jornada, con una goleada de efecto balsámico, ya que aporta dos puntos, descanso a los jugadores importantes y confianza de cara a compromisos menos asequibles.
La anfitriona, que ya perdió por 14 goles de diferencia en sus choques frente a Francia y Polonia, no puso en ningún momento en peligro la victoria de España, que acumula dos triunfos y una derrota en el torneo. Carentes de experiencia y calidad técnica, China basó su juego en el entusiasmo que contagiaba su público, insuficiente para inquietar a una selección que mejora cada día.
El interés del encuentro apenas sobrevivió durante 20 minutos, todo el tiempo que el equipo español necesitó para desperezar sus armas habituales. En este primer tercio, los chinos aplicaron una defensa dura para mantener un parcial en contra de 9-11 que ilustraba la parsimonia española. La selección asiática incluso se permitía virguerías como un 'fly', algún gol de espalda o un giro de 360 grados antes de mandar el balón a la red.
El seleccionador español Juan Carlos Pastor dijo basta, sus hombres apretaron la defensa y el equipo anotó cinco goles consecutivos que elevaron la renta a siete tantos, demasiado para un equipo inexperto que bastante había hecho aguantando casi medio encuentro. Todo esto ocurrió con el descanso de titulares como Romero, Entrerríos o Rocas, en beneficio de menos habituales que aprovecharon su oportunidad como Tomás (siete goles) o Malmagro (cinco).
La segunda parte supuso un mero trámite para aumentar gradualmente la ventaja en el que Demetrio Lozano paseó su efectividad (seis de seis) y Juanín García (seis tantos) su explosiva punta de velocidad, herramientas básica cuando llegue la crucial ronda de cuartos, que supondrá la eliminación o una medalla casi segura.
Pasada la placidez del encuentro contra China, un duelo de altos vuelos amenaza el futuro de España en la competición. La selección francesa, líder de grupo, medirá el sábado las opciones reales de un equipo de dos caras que sembró dudas en su debut contra Croacia (31-29) y esperanzas en la remontada ante Polonia (30-29).