Hay emprendedores de varias clases. Por una parte, existen los que no han conocido otra cosa, inician un negocio tras otro, y nunca han trabajado para nadie. Por otra, están también los que habiendo estado al servicio de otras personas prefieren ser sus propios jefes. Sea como fuere, una vez que se toma la decisión de emprender, es necesario valorar qué opciones son las que ofrecen mayor beneficio y que pueden perdurar en el tiempo.

Al pensar en una opción que pueda ofrecer gran rentabilidad, lo primero que pasa por la cabeza es montar un bar. Puede desilusionar la situación actual, entre los problemas de abrir cualquier negocio unidos a la gran cantidad de bares que ya hay, sobre todo en nuestro país. Pero la verdad es que si se saben aprovechar las oportunidades, es el tipo de empresa más rentable de todas.

El primer paso que se debe dar en esta dirección es diferenciarse de la competencia, eso no tiene porqué significar un gran desembolso de dinero, sino ser más original que el de enfrente. La distinción no hace falta que sea en el diseño, aunque también sería algo bueno, pero puede ser en la carta, las marcas e incluso los precios. Incluir una tapa con las consumiciones suele ser una de las cosas que más agradecen los clientes. Además de que no supone un gran esfuerzo, una buena tapa puede hacer que se tomen algo más de lo que tenían pensado en un principio.

Apostar por la calidad siempre es la mejor elección, seleccionar cuidadosamente los proveedores tanto de comida como de bebida asegurará que el bar no flaquee en este ámbito. Igualmente es importante controlar el personal que vaya a tener el negocio, que sea responsable y sepa tratar con la clientela. No es tan relevante el tipo de comida que se sirva siempre que sea buena, aunque si se trata de cocina en España, es raro que falten croquetas, patatas bravas o tortilla. Al final, lo necesario es darle el tiempo y la dedicación suficiente para que siempre siga atrayendo a la ge