Barracones para los niños catalanes
Fina Millán-Hita. Muy bien le viene a la Generalidad tener algo con lo que "entretener" a los contribuyentes. Aprovechan la anécdota municipal de un pueblecito de Barcelona para distraer la atención de lo que es evidente: que las cosas en Cataluña van manifiestamente a peor.
Entre muchas otras áreas, la enseñanza. Pero no sólo la calidad de la enseñanza, sino, además, el lugar donde se recibe. Ya se denunció el curso pasado el alto número de alumnos que debían recibir sus clases en barracones. Entonces, los más ingenuos, pensamos que la Generalidad de Cataluña – como era de esperar - en un honesto ejercicio de “solidaridad”, atajaría el problema de forma rápida y contundente: aportando presupuesto para la construcción de escuelas, por ejemplo.
Pero terminó el curso y ahora empezamos otro, y las perspectivas – por desgracia - no han mejorado. Por el contrario, el número de alumnos que tendrán la “suerte” de cursar este año sus estudios en barracones asciende ya a 20.000. Es claro que la Generalidad de Cataluña no tiene dinero disponible para mejorar la Educación. O tal vez sea que la Educación no está entre sus prioridades.
Pero no se preocupen ustedes, padres y madres de familia: para lo que no han faltado fondos es para las “oficinas exteriores” de Carod-Rovira…y compañía. Para eso siempre se encuentra dinero. Y si no lo hay, se suben los impuestos, o se ponen más multas. Así de fácil.
¿Y nuestros hijos? que los parta un rayo…