Benedicto XVI homenajeó a Celestino V, el primer Papa que renunció a su nombramiento
El 28 de Abril de 2009 sucedió algo curioso, como vemos en la fotografía. El Papa Benedicto estaba visitando L'Aquila, con motivo del fuerte terremoto que asoló esa parte de Italia, cuando decidió hacer una parada para visitar la tumba del Papa Celestino V (1215-1296), conocido también como el 'Papa Angélico', que renunció al pontificado cinco meses después de ser elegido. Benedicto XVI, tras unos minutos de oración, se acercó a la tumba y dejó allí el palio papal, símbolo de su autoridad como Obispo de Roma.
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Quince meses después, el 4 de Julio de 2010, el Papa Benedicto visita la Catedral de Sulmona donde se encuentran las reliquias de Celestino V. Allí recuerda a este Papa santo cuyo papado se caracterizó por la atención a los enfermos y por su distanciamiento de las modas, las imposiciones y la violencia.
En la Catedral de Sulmona, en un encuentro con los jóvenes, Benedicto XVI, aludiendo a la renuncia de san Pedro Celestino y a su decisión de hacer una vida eremítica, se pregunta: “¿no se trataba tal vez de individualismo, de fuga de las responsabilidades?” Y responde: “Cierto; esta tentación existe. Pero en las experiencias aprobadas por la Iglesia, la vida solitaria de oración y de penitencia está siempre al servicio de la comunidad, se abre a los demás, nunca se contrapone a las necesidades de la comunidad. Las ermitas y los monasterios son oasis y manantiales de vida espiritual de los que todos pueden beber”