Redacción. Benedicto XVI ha celebrado la Misa del domingo de Pascua de la Resurrección del Señor en la Plaza de San Pedro y al terminar ha impartido la bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la Basílica Vaticana.
Durante su mensaje pascual, el Papa ha pedido a Cristo Resucitado que otorgue la "esperanza" a varias zonas desfavorecidas en el mundo, especialmente en Siria, Tierra Santa, el Cuerno de África, Malí y Nigeria.
Al finalizar su mensaje pascual, el Papa ha pedido a Cristo resucitado que "otorgue esperanza a Oriente Próximo, para que todos los componentes étnicos, culturales y religiosos de esa región colaboren en favor del bien común y el respeto de los derechos humanos". “En particular, que en Siria cese el derramamiento de sangre y se emprenda sin demora la vía del respeto, del diálogo y de la reconciliación, como auspicia también la comunidad internacional. Y que los numerosos prófugos provenientes de ese país y necesitados de asistencia humanitaria, encuentren la acogida y solidaridad que alivien sus penosos sufrimientos. Que la victoria pascual aliente al pueblo iraquí a no escatimar ningún esfuerzo para avanzar en el camino de la estabilidad y del desarrollo.”
“Y, en Tierra Santa, que israelíes y palestinos re emprendan el proceso de paz.”
“Que el Señor, vencedor del mal y de la muerte, sustente a las comunidades cristianas del Continente africano, las dé esperanza para afrontar las dificultades y las haga agentes de paz y artífices del desarrollo de las sociedades a las que pertenecen.”
“Que Jesús resucitado reconforte a las poblaciones del Cuerno de África y favorezca su reconciliación; que ayude a la Región de los Grandes Lagos, a Sudán y Sudán del Sur, concediendo a sus respectivos habitantes la fuerza del perdón. Y que a Malí, que atraviesa un momento político delicado, Cristo glorioso le dé paz y estabilidad. Que a Nigeria, teatro en los últimos tiempos de sangrientos atentados terroristas, la alegría pascual le infunda las energías necesarias para recomenzar a construir una sociedad pacífica y respetuosa de la libertad religiosa de todos sus ciudadanos.”
La proclamación del Evangelio se ha llevado a cabo en latín y griego para subrayar la universalidad de la celebración pascual.
Al finalizar la Misa, el Papa ha impartido la bendición Urbi et Orbi desde la logia central de la Basílica y ha felicitado la pascua en 65 idiomas. La Urbi et Orbi se imparte durante el año sólo en dos ocasiones, el domingo de Pascua y el día de Navidad, 25 de diciembre. Esta bendición confiere la indulgencia plenaria bajo las causas previstas por la iglesia y los efectos se cumplen para los fieles que la reciben con fe y devoción en la Plaza de San Pedro y a todos los que la escuchan a través de los medios de comunicación.
Como ya viene siendo tradición durante estos últimos 27 años, ha sido Holanda quien ha realizado la bonita decoración floral de la festividad pascual, con 42.000 flores y plantas.