Javier Paredes. Hoy el protagonista es Benedicto XVI que en la audiencia general del 5 de diciembre de 2012, con motivo del año de la fe, pronunció las siguientes palabras:
“Desde esta perspectiva, ¿qué es, por lo tanto, el acto de fe? Es la respuesta del hombre a la Revelación de Dios, que se da a conocer, que manifiesta su designio de benevolencia; es, por usar una expresión agustiniana, dejarse aferrar por la Verdad que es Dios, una Verdad que es Amor.
Por ello san Pablo subraya cómo a Dios, que ha revelado su misterio, se debe «la obediencia de la fe» (Rm 16, 26; cf. 1, 5; 2 Co 10, 5-6), la actitud con la cual «el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela» (Const. Dogm. Die Verbum, 5). Todo esto conduce a un cambio fundamental del modo de relacionarse con toda la realidad; todo se ve bajo una nueva luz, se trata por lo tanto de una verdadera «conversión».
Fe es un «cambio de mentalidad», porque el Dios que se ha revelado en Cristo y ha dado a conocer su designio de amor, nos aferra, nos atrae a Sí, se convierte en el sentido que sostiene la vida, la roca sobre la que la vida puede encontrar estabilidad”.