Principal

Diario YA


 

Con la bajada de Celedón, han empezado las fiestas de las capitales vascongadas y, como era de esperar, han empezado siendo politizadas y mediatizadas

Bildu se lo pasa bien

Redacción Vascongadas-Navarra. Con la bajada de Celedón, han empezado las fiestas de las capitales vascongadas y, como era de esperar, han empezado siendo politizadas y mediatizadas por BILDU para dar publicidad dar los objetivos de ETA en cuanto acto público sea posible. Así, el acto de inicio de las fiestas de Vitoria se convirtió el pasado jueves en un acto público protagonizado por la denominada “izquierda abertzale”. Todos pudimos contemplar la plaza de la Virgen Blanca, en cuyos aledaños que suelen darse cita unas 40.000 personas, llena de pancartas que reclamaban la independencia y  el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco.
Los herederos de Herri Batasuna han vuelto a las instituciones y con ellos las consignas y actos de apología del terrorismo que algunos, muy ingenuos o muy ladinos, no querían presuponer cuando, el pasado mayo, el Pleno del Tribunal Constitucional revocó por seis votos a cinco la anulación de las 254 listas de Bildu por la Sala Especial del Supremo y autorizó su concurrencia a las pasadas elecciones municipales, autonómicas y forales.
“Bildu” en vascuence significa “recoger”; y sus miembros ya van recogiendo para su beneficio y nuestro escándalo los frutos de la minada de autoridad de un gobierno de España que, víctima de una viciada ley electoral, necesita casi siempre, tanto con socialistas como con populares, pactar con los hijos políticos de Sabino y su entorno.
Por eso, Juan Carlos Izagirre, alcalde de San Sebastián y Martín Garitano, diputado general de Guipúzcoa, ambos militantes de BILDU, pudieron acceder acompañados por familiares de presos de ETA, con un pañuelo de ‘Etxerat’ (presos a casa) anudado al cuello, a la balconada oficial de que se sirve el Ayuntamiento de Vitoria (regido ahora por Javier Maroto del Partido Popular) organizador y anfitrión del acto. Y pudieron, también, permitirse la desfachatez responder a  varios asistentes que, ante este nuevo insulto a las víctimas preguntaban por las personas asesinadas por ETA, diciendo, por boca de Izaguirre: “He venido a pasármelo bien”.
A Antonio Basagoiti, Presidente del Partido Popular en el País Vasco le tocó hacer la pantomima de negar el saludo a los dirigentes de Bildu y espetar a Izaguirre: “Primero dile a tus jefes que dejen las armas”, así como llamar a Garitano “proxeneta de los que prostituyen la democracia”. ¿Si de verdad creen esto en el PP, no sería mejor y más eficaz que fueran demandando el cumplimiento del artículo 155 de la Constitución?
Todo lo demás son pamplinas que permiten a BILDU seguir la estrategia marcada por ETA, de utilizar cada acto público para expresar el apoyo hacia todo lo que tenga que ver con la banda: fiestas, vuelta ciclista, Festival de Cine de San Sebastián, playas…
El próximo escenario de la farsa será la Semana Grande de San Sebastián. Y ya hemos visto un anticipo de lo que espera, cuando el pasado 31 de julio, festividad de San Ignacio de Loyola, el obispo de San Sebastián, Mons. Munilla, fue muy indulgente al predicar en la basílica de Azpeitia que: “La verdadera paz no puede nacer de los meros cálculos políticos, sino de un auténtico arrepentimiento. El arrepentimiento desinteresado es el primer paso hacia la reconciliación con las víctimas, hacia la pacificación, y hacia la normalización“, pero sin hacer una benigna referencia a que, para que haya perdón, tiene que haber también una satisfacción de la penitencia, que, con la ley en la mano, no puede ser otra que el cumplimiento íntegro de las condenas que los tribunales impongan a los terroristas y sus cómplices, a quienes, tras medio siglo de contumaz y sangrienta pertinacia, ya no cabe tratar con indulgencia. Recordemos el pensamiento de Joubert: “La indulgencia no debe hablar demasiado alto, si no quiere despertar a la justicia”.