Blancanieves, muda, se va a Hollywood
José María Caparrós
La película más original del cine español de nuestros amores (y dolores) optará a los Oscar de Hollywood al Mejor film de habla no inglesa.
Ciertamente, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España ha seleccionado la singular cinta de Pablo Berger, Blancanieves, para representar a nuestro país en la próxima edición de la Meca del Cine.
Tras los premios del reciente Festival Internacional de Cine de San Sebastián que obtuvo este cineasta vasco y una de sus protagonistas, Macarena García -casi eclipsada por la hoy veterana Maribel Verdú (foto), como la bruja del cuento de los Hermanos Grimm-, no sabemos si los miembros de la Academia de Hollywood van a entender esta versión libre y gótica del célebre relato fantástico; pues Berger reinterpreta el mito en clave española, a modo de esperpento. Nuestra nueva Blancanieves es la hija de un torero y los siete enanitos -que son sólo 6- son enanos de verdad, artistas de un circo ambulante.
No obstante, la película ha tenido una gran acogida por parte de la crítica -menos que de público, ya que éramos muy pocos en la sala de estreno cuando la vi-, pero posee unos guiños al folclore andaluz y al mundo taurino que pueden gustar allende las fronteras.
Además, hay un homenaje implícito -más dirigido a los cinéfilos- a los grandes maestros de la historia del cine mudo -desde los clásicos europeos Murnau, Dreyer y Abel Gance o el norteamericano Tod Browning- y más explícito a cineastas españoles como el surrealista Luis Buñuel e incluso Berlanga y a pintores como Julio Romero de Torres. Asimismo, posee claras reminiscencias de un emblemático film mudo español: La malcasada (1926), de Francisco Gómez Hidalgo.
Influida acaso por la galardonada The Artist, esta cinta en blanco y negro podría no ser nominada por la Academia de la vieja Meca del Cine, porque también es muda -aunque tiene música y canciones alegóricas- y se presenta a los Oscar como Mejor película de habla no inglesa.