Bono y Tomás Moro
Miguel Rivilla San Martín. Como persona ilustre y católico, además de buen socialista, el Sr.Bono conocerá bien la figura de Tomás Moro. Estadista, humanista y Canciller del Reino de Enrique VIII, se opuso al divorcio del rey inglés de Catalina de Aragón, dimitiendo de su cargo. Privado de todos los honores y prebendas reales, permaneció fiel a su conciencia y al Papa hasta su muerte. Canonizado santo es ejemplo para políticos y gobernantes católicos. Dígase otro tanto del rey de Bélgica Balduino, que renunció al trono antes que firmar la ley del aborto.
El Sr.Bono no debe encontrar oposición entre su conciencia católica y votar la Ley del Aborto. Algo falla en su proceder. Imposible compaginar dos cosas incompatibles y contrarias. Todos los cristianos de todos los tiempos, han defendido la vida humana desde su concepción hasta su final, como un derecho inalienable del nasciturus y no de la madre. El dar su voto a esta Ley ofende a Dios, le separa de la comunión eclesial y va contra su conciencia cristiana. O deja su cargo o exija que su partido deje libertad de conciencia al votar. El único Absoluto para un cristiano, es sólo Dios, su santa Ley y su propia conciencia bien formada, no el partido, ni el cargo, ni su ideología.