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Diario YA


 

salvo sorpresas, Alfredo Pérez Rubalcaba o Carmen Chacón

Borrón y cuento viejo

Pedro Sáez Martínez de Ubago. Este fin de semana se ha reunido el Comité Federal del PSOE y por última vez bajo la dirección de Rodríguez Zapatero. Aunque la cita era para iniciar los trámites de rigor previos al XXXVIII Congreso del partido donde ha de elegirse el próximo Secretario General, de momento y salvo sorpresas, Alfredo Pérez Rubalcaba o Carmen Chacón, quienes más que estar en lo que se debatía, aparentan haberse servido de dicha reunión para recolectar entre la concurrencia los avales necesarios para adquirir la condición de candidatos y el acceso a medios del partido para desarrollar su campaña.
Parece ser que Rubalcaba ha reunido 58 avales encabezados Pachi López -como si Rubalcaba y el Faisán atacaran de nuevo- aunque entre éstos no haya ninguno del PSC que  cierra filas en torno a Chacón, cuyos seguidores se limitaron a recoger los avales "indispensables", una treintena, cuidando también su procedencia de todos los territorios ¿Nos lo creemos o pensamos en la zorra y las uvas?
Pero, mientras los futuribles candidatos a la secretaría general del PSOE más tocado y hundido del último medio siglo, se afanaban en sus aspiraciones personales, otros, como Rodríguez Ibarra, Carmen Hermosín, Griñán o el inefable Zerolo sacaban adelante los contenidos ideológicos del Comité.
Gracias a estos y otros compañeros, se pudo aprobar por unanimidad una ponencia marco, después de hacer encajes de bolillos para que Rodríguez Ibarra retirara su ponencia alternativa, clara prueba del hermanamiento entre las familias del PSOE que testimoniaría que las diferencias entre los aspirantes son más de forma que de fondo, aunque un alarde de democracia permitirá a los miembros de ambas candidaturas presentar enmiendas durante el proceso que ahora seguirá en las agrupaciones locales, donde se inicia hoy el proceso para elegir a los delegados
El Comité Federal ha sufrido cierta tensión interna causada por el miedo ante lo que pueda pasar en las elecciones andaluzas del 25 de marzo, tal y como confesó uno de los asistentes: "Estamos más preocupados por lo que pase en Andalucía que por lo que pase en el congreso".
Esta “coincidencia” de los debates previos al Congreso con la precampaña en Andalucía motivó a Carmen Hermosín a secundar la petición de unos doscientos responsables andaluces de aplazar el congreso; que, con argumentos más vagos hizo a su vez Rodríguez Ibarra, quien, al tiempo abogó por suspender las primarias y que, dentro de dos años, se celebre otro congreso o una conferencia política, idea secundada por José María Benegas (con Alfonso Guerra detrás).
A estos talantes democráticos se opusieron, conscientes de la importancia que las elecciones andaluzas tendrán para el futuro inmediato del PSOE, tanto  José Antonio Griñán, quien reiteró que "No podemos llegar a las elecciones con una situación de interinidad en el liderazgo y en el proyecto del partido", como el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, remachó: "El avión ya ha despegado. No lo podemos parar".
Lo cierto es que, una vez más, los socialistas han vuelto a dar la impresión de estar más afanados en sus asuntos internos y en salvar lo que puedan del naufragio y sus corruptelas que en los problemas reales de los españoles a quienes han traicionado, arruinado, hipotecado y dejado sin trabajo. De otra forma no se explica que, en el segundo partido de España, el futuro pase por Rubalcaba y Chacón, uno ministro de González y Rodríguez y la otra sólo de Rodríguez y marcadamente nacionalista, aunque ahora vaya presumiendo de ancestros almerienses.
Si la gestión del PSOE en los últimos siete años ha supuesto un inmenso baldón en la historia de la política española, al ver los resultados de este comité y lo que auspician para el próximo congreso, se puede decir que han dejado pasar una excelente ocasión de hacer borrón y cuenta nueva, para seguir emborronando el futuro de España con estos dos cuentistas del pasado que, más que hacer la exigible cuenta nueva, seguirán con su sempiterno cuento viejo, sin poder comprender o sin querer hacerlo que, como enseña San Agustín: “Errar es humano, pero perseverar voluntariamente en el error es diabólico”.
PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO