Brown no da fechas para la retirada de las tropas británicas de Irak
El primer ministro británico, Gordon Brown, reivindicó hoy en Bagdad los "importantes avances" en la reducción de la violencia desde su última visita a Irak en diciembre, pero descartó fijar "plazos artificiales" para la retirada de tropas, que en el caso de Reino Unido se mantienen en 4.000 hombres, después de que la pasada primavera retrasase el repliegue previsto debido a un repunte de la conflictividad.
Brown realizó hoy una visita sorpresa al país para reunirse con sus principales dirigentes, el primer ministro, Nuri Al Maliki, y el presidente, Jalal Talabani, y supervisar la situación antes de la comparecencia sobre Irak que protagonizará el próximo martes en la Cámara de los Comunes, en la que no se prevén anuncios sobre la vuelta de los soldados, si bien se mantiene como objetivo de referencia de su gabinete. "Nuestra intención es reducir el número de tropas, pero no voy a dar un plazo artificial en este momento", insistió.
No obstante, tras sus entrevistas, que incluyeron a líderes militares iraquíes y al propio jefe del Mando Central del Pentágono y responsable de operaciones de Estados Unidos, el general David Petraeus, Brown destacó el "muy significativo progreso" detectado siete meses después de su última visita y el "gran paso adelante en todas las áreas", con signos "muy saludables" como la reducción de los seis incidentes diarios a un único incidente cada seis días.
"Es una prueba de que Irak puede volver a la normalidad", consideró, antes de emprender un viaje a Basora, donde el Ejército británico tiene su cuartel general. En este sentido, la finalidad de su presencia, la tercera desde que llegó al poder, es decidir "qué hacer" en ámbitos como la prevista devolución del aeropuerto de la ciudad para uso civil, el entrenamiento de las fuerzas militares iraquíes y la propia celebración de las elecciones locales y provinciales este año, ya que el "gran reto" pasa porque las autoridades del país comiencen paulatinamente a "tomar posesión de sus cosas".
Además, su supervisión del terreno lo llevó a declarar que el país del Golfo Pérsico vive un "desarrollo económico como nunca", si bien durante su comparecencia reiteró su fórmula de cabecera de que "no se pueden" fijar "plazos artificiales" para proceder a la retirada" de tropas, incluso pese a los "significativos progresos". "No se puede predecir el futuro, pero un incidente cada seis días es un cambio en la violencia", aseveró.
No obstante, Brown pudo avanzar una cita para otoño, cuando prevé una nueva visita al país en la que estudiar nuevamente la evolución con el primer ministro, con quien dijo "compartir agenda" y a quien aprovechó para "elogiar" por una evolución que revela un "muy saludable signo de que Irak puede volver a la normalidad". Así, consideró "importante" reconocer la "seguridad, la prosperidad y el desarrollo local, todo lo que se está consiguiendo", pero insistió en descartar "plazos artificiales".
Pese a ello, confirmó haber estudiado en su entrevista de una hora con Nuri al Maliki la situación "a corto y a larzgo plazo" y "cómo lograr los objetivos marcados". "Qué decisiones habrá que tomar", aseveró, tras resoluciones como la que llevó a retrasar el recorte de fuerzas hasta los 2.500 efectivos previsto para primavera: "Nuestra decisións es reducir tropas, pero no se pueden marcar plazos artificiales", insistió.
Así, su propia visita no se anunció por motivos de seguridad y su presencia estuvo rodeada de importantes medidas de seguridad desde que un helicóptero Puma de la Royal Air Force tomó tierra en la zona verde de Bagdad tras el vuelo que realizó a la capital vía Kuwait.