Por Norberto de la Mata.
Eran las 22:05 cuando el jefe empezaba su show. Se había retrasado más de media hora, pero era algo asumible, un riesgo que se podía correr, sobre todo porque los asistentes lo sabían: nada sería igual después de las primeras notas de “Night”, incluida en el inigualable “Born to run”. Pocas canciones como ésta sirven tan a la perfección para inaugurar un concierto. Cuando empiezan sus primeras notas, su atronador sonido cala en las venas y nada puede impedir la entrega a su ritmo, ni un sonido quizá demasiado fuerte. Le presentó Javier Bardem, que se subió al escenario. El resto es historia.
Lo cierto es que el contexto no le era nada desfavorable. El Santiago Bernabeu es un lugar de grandes citas y esta vez, 21 años después de que lo hiciera U2, un grande volvía a actuar en tan majestuoso marco. Bruce Springsteen tenía que dar el do de pecho y vaya si lo dio. Un lugar donde actuó con éxito Frank Sinatra y donde se han coronado tantos futbolistas, está reservado para los dioses; Bruce, si quedaba alguna duda, alcanzó el olimpo.
Es difícil encontrar un artista que conecte tan bien con el público. El de Nueva Jersey es un genio de los que ya quedan pocos, tal vez en vivo ninguno. Rondando como está los 60, no le importa. Al contrario, sus actuaciones desprenden energía, rezuman fuerza. En Madrid, el hombre se entregó en cuerpo y alma al show, mientras el público no fue menos y le respondió coreando sus letras a la mínima oportunidad que se presentaba. Él respondió con guiños que hicieron honor a la grandeza que le ha acompañado siempre. Cada poco, daba unas pequeñas frases en castellano que hacían las delicias de la parroquia, más aún cuando trajo a la memoria la victoria en la Eurocopa
El tiempo caluroso invitaba a la fiesta, al movimiento. Se necesitaba rock ágil, que enganchara al respetable. El inicio fue estruendoso, pero la continuación con “Radio nowhere”, su última alhaja, terminó de lograr la necesaria unión público – artista, que una vez lograda lleva a convertir el concierto en una relación más allá del artista - público. No dejó de buscar la participación del público. La consiguió con temas como “Out in the street”, de “The river”; “No surrender”, de “Born in the USA”, pero sobre todo con “Spirit in the night”, una auténtica joya del fondo de su baúl, con la que se puso a jugar con el respetable, recogiendo los carteles en los que se leía el título de las canciones que pedían los asistentes, a los que respondió con su “Cover me”.
En su estilo de rock de masas, tan típico del ·”Boss” y tan inalcanzable por una inmensa cantidad de artistas, el estadounidense siempre deja alguna pieza sin mostrar – esta vez “Thunder road” y “Born in the USA” -. Sin embargo, su increíble sucesión de “hits” le aseguraron el triunfo. Con “The promised land”, “Mary’s place” o “Badlands”, la medio-despedida, se metió en el bolsillo a un público que no dejó de moverse y botar. Ya en los bises, “Dancing in the dark”, con invitada en el escenario (como en el videoclip), y, sobre todo, “Born to run”, hicieron del concierto algo histórico, como todos. No menos importante su regreso al escenario, con un “Jungleland” muy logrado.
Con la línea más intimista el artista logró que los asistentes se rindieran a sus pies. Brillaron la genial “Brilliant disguise” y “Trapped”, que es una canción muy de directo. Pero, con su sorpresa, “The river”, con su armónica afilada, y con un público emocionado, ya se mostraba imparable, todos coreando la canción, un sonido que llegaba más allá del río.
No se olvidó de clásicos del Rock, de sus raíces musicales, mejor dicho, de las raíces rockeras. Sacó de la chistera la típica en él “Summertime blues”, de Eddie Cochran, se relajó con “Because the night”, de Patti Smith, necesario porque el cansancio parecía querer hacer mella en él. Sin embargo, era una falsa alarma. Siguió esforzándose, concluyó con “American land”, sonido folk, e hizo al“Twist and shout”, conocida por los Beatles y los Isley Brothers, y que fue su despedida de la capital. Incluso el rockabilly “Seven nights to rock”, muy acertado poco antes de irse.
Su faceta más enraizada en la América profunda, en la defensa de su país no la podía dejar de lado. “The rising”, “Long walk home” y, sobre todo, “Living in the future”, la que presentó hablando del recorte de derechos civil en su país, y que posee un ritmo muy pegadizo, algo muy común en él.
El marco era inmejorable, el escenario era inigualable, nada podía fallar con “el jefe” al micro. Buscaba la ayuda de la gente, la encontró en su banda, la E-Street Band, sus amigos de siempre, que cada noche le elevan musicalmente. Lo volvieron a hacer, sin duda.
SET LIST DEL CONCIERTO
1. Night
2. Radio Nowhere
3. Lonesome day
4. The promised land
5. Spirit in the night
6. Summertime blues
7. Brilliant disguise
8. The river
9. Cover me
10. Trapped
11. No surrender
12. Out in the street
13. Beacause the night
14. Cadillac ranch
15. Living in the future
16. Mary’s place
17. Tunnel of love
18. The rising
19. Last to die
20. Long walk home
21. Badlands
22. Jungleland
23. Seven Nights to Rock
24. Born to run
25. Bobby Jean
26. Dancing in the dark
27. American Land
28. Twist and shout