Bunbury en Madrid
Almudena Crespo
La presentación de “Las Consecuencias” el 1 de diciembre en Madrid, un álbum en el que Bunbury ha mostrado su lado más íntimo y tranquilo, dejó el pabellón bien alto, pero la puesta en escena necesitaba de un lugar mucho más acogedor que el Palacio de los Deportes.
La pretensión de convertir un recinto tan grande en un teatro fue un tanto desafortunada, no consiguiéndose esa conexión cercana e intimista que a buen seguro deseaba Bunbury, siempre tan buen anfitrión con los espectadores madrileños. Lo que debía parecer un patio de butacas, más bien recordaba a un cine de verano, con sus sillas de plástico y los vigilantes guardando orden entre los “no tan chiquillos” espectadores. Ni la mejor operación de miopía hacía posible distinguir la figura menuda del cantante moviéndose en la penumbra, echándose de menos unas pantallas, y, el sonido, que desde tan, tan arriba, se perdía, tanto como para permitir hablar con los compañeros de asiento. Ya lo dice él mismo, que, “nunca se convence del todo a nadie de nada”.
En cualquier caso, y como siempre, Bunbury hizo una actuación impecable, comenzando con la presentación del último álbum con las cinco primeras canciones, Las Consecuencias, Ella me Dijo que No, De todo el Mundo, Frente a Frente y Los Habitantes.
Tras ellas, y, con la firme intención, de, como reza la canción de El Hombre Delgado, “calentar el ambiente y armar un buen escándalo”, verdaderamente entró el calor, con Enganchado a Ti, El Extranjero, que tiene un nosequé, que hace poner a todo el mundo en pie y gritar a pleno pulmón, y Desmejorado. Le siguieron Bujías para el Dolor, Hay Muy Poca Gente, y homenajeando los 20 años desde el “Senderos de Traición” de Héroes, Senda. Después, Que Tengas Suertecita, Sólo si me perdonas, con ese estilo tan suyo que evoca al gran Raphael, Sácame de aquí, Sí, Infinito, que siendo una canción tan sentida, mantuvo el ambiente tan movido como hasta el momento, y que habría de continuar con Apuesta por el Rock n’ Roll, ya casi convertida en un himno de sus conciertos.
Los bises llegaron con El Anzuelo, El Hombre Delgado y, un clásico con sonido renovado, el huracán de Lady Blue. El fin de fiesta llegaba con un Bunbury más tranquilo, recordándonos que nos estaba presentando “Las Consecuencias”, con El Boxeador, y después, cantando en memoria de Nacho Vegas con Puta Desagradecida. Cerró con una canción de la que, en el último concierto en Las Ventas dijo ser de sus favoritas, El Viento a Favor, en una versión que sonaba muy optimista, como a superación del mal momento a que se refiere.
Pese a no ser el lugar adecuado, la actuación fue irreprochable y sólo cabía vivir ese momento que se va y no vuelve a pasar… Que tu HASTA SIEMPRE se convierta en un HASTA PRONTO para los que nos calaste hondo, Bunbury.