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El documento de Caritas Internationalis confunde y se presta al juego de la ONU

Cardenal Tauran sobre RÍO+20: ¿De qué victoria hablan?

Juan Carlos Sanahuja (Noticias Globales).   “Nunca hemos polemizado con medios de información católicos. No es nuestro estilo. No queremos contribuir a la confusión reinante entre los cristianos. Pero, aún manteniendo el ánimo de no disputar entre hermanos, consideramos que es nuestro deber al servicio de la Verdad y de la verdad, hacer algunas precisiones para ayudar a nuestros lectores a juzgar la realidad”. 

Aunque en algunos medios de comunicación católicos se habla de una victoria pro vida y una derrota del aborto o cultura de la muerte en Río+20 por no haberse incluido en el documento final de la Conferencia de la ONU  los términos “derechos reproductivos” y “servicios de salud reproductiva”, hay que decir que, aunque dichas palabras no aparezcan de manera explícita, no significa que se pueda hablar todavía de un “triunfo”. Tal vez lo razonable sea hablar más de un logro parcial, que nos alegra, que de una victoria. Quedan muchas batallas que ganar en el camino de la defensa de la vida.
 
Todo hay que decirlo, esos términos y otros, que atentan quizás más contra el orden natural, están contenidos en los vocablos “igualdad de género y empoderamiento de la mujer”. Pienso que nos tenemos que acostumbrar a juzgar el contenido de los documentos de la ONU, a la luz de la muy conocida reinterpretación de los términos y palabras.
 
En nuestro servicio anterior, RÍO+20: Aborto y género, explicamos los motivos. La sola mención de la Conferencia sobre la Mujer de Beijing o de la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), indican que el aborto no ha sido excluido del texto de la conferencia. A su vez, en estas páginas, nos hemos referido reiteradamente a la iniquidad contra el orden natural que significan los llamados Objetivos del Milenio.
 
El documento final de Río+20, dice: “Decidimos acelerar la implementación de los principios contenidos en la Convención por la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), la Agenda 21, la Declaración de Beijing y los Objetivos del Milenio” y también apoya la “priorización de medidas que promuevan la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, incluyendo la remoción de las barreras para su participación igualitaria en la toma de decisiones”. Por supuesto, que las abortistas pro gay, Michelle Bachelet y Mary Robinson, se quejaron: les pareció poco, preferían las palabras explícitas, pero ¡qué se puede esperar de esos personajes!
 
La Convención de la Mujer, la Declaración de Beijing y los Objetivos del Milenio para el Desarrollo, son sinónimos de aborto y de otras aberraciones contra la ley natural.
 
Advertencia del Cardenal Tauran
 
Puede arrojar luz, la declaración en el año 2000, del entonces Secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Jean-Louis Tauran (hoy Cardenal), "el CEDAW difundió en febrero de 1999 una Recomendación General en la que condena las leyes que prohíben el aborto. En la misma recomendación dicen que el Estado debería ofrecer los servicios de salud reproductiva incluso en aquellos casos que se opongan las autoridades sanitarias". No sólo el CEDAW fue incluido en las críticas de Mons. Tauran, sino también la UNICEF, el ACNUR, "por su decisiva participación en el programa de control de nacimientos". Añadiendo, "las declaraciones oficiales de la OMS reflejan tendencias que son inaceptables para la Santa Sede”. (Vid. J. C. Sanahuja, El Desarrollo Sustentable. La nueva ética internacional, Vortice, Buenos Aires 2003, p. 197).
 
Cumbre de mandatarias por la igualdad
 
Entre los eventos de Río+20, se realizó la Cumbre de mandatarias por la igualdad, que reunió a Presidentas, primeras ministras y ex mandatarias y en la que se reafirmó la igualdad de género como uno de los pilares del desarrollo sustentable. La reunión fue impulsada por Michelle Bachelet, que fue con Dilma Rousseff, la estrella de la reunión. ¿Cree alguien sinceramente que diga lo que diga el documento final de Río+20, este conjunto de abortistas dejará de imponer en sus países los “derechos reproductivos”, basados justamente en las conclusiones, entre otras, de ésta Cumbre?
 
Señalemos que Rousseff, nombró Ministra de Asuntos de la Mujer a Eleonora Menicucci: ex-guerrillera, divorciada y que declaró ser bisexual y haber hecho dos abortos en su vida, (Página 12, Buenos Aires, 14-02-12).
 
Voces católicas: otras cosas que no ayudan
 
Lamentablemente, también debemos señalar, que no ayuda a aclarar la confusión entre los católicos, declaraciones como la de Caritas Internacional, publicada por la Agencia Informativa Católica Argentina, el 19 de junio pasado.
 
Caritas, institución oficial de la Iglesia, no es clara en su exposición. Por sólo nombrar dos rarezas del documento, éste habla del respeto a los derechos humanos “y los derechos de la Tierra en búsqueda de una convivencia armónica del ser humano con la naturaleza”. ¿Desde cuando para los cristianos, la tierra es objeto de derechos? Parece oscurecerse la verdad de que el hombre, “es colocado en el jardín para cultivarlo y custodiarlo, por encima de todos los demás seres puestos por Dios bajo su dominio (Génesis, 1, 15 y ss). Pero al mismo tiempo el hombre debe someterse a la voluntad de Dios, que pone límites en el uso y dominio de las cosas (Génesis, 2, 16 y ss)” (Juan Pablo II, Sollicitudo rei socialis, 30-12-87, n. 29). Esos límites en el uso y dominio de la tierra, son la voluntad de Dios para el hombre y no “derechos de la Tierra”.
 
Esta redacción del documento puede confundir a los incautos y poco formados cristianos, y llevarlos a pensar que la “Madre Tierra tiene derechos”, como afirman los panteístas.
 
También es lamentable que Caritas Internationalis, nos hable de “la visión contenida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el compromiso de los líderes para aplicarlos. Representan hoy una hoja de ruta para el desarrollo sostenible y un mundo más equitativo”. Cuándo éstos son en realidad, instrumentos de la reingeniería social anticristiana.  

 

Etiquetas:Río+20