España, aquella España por la que lucharon nuestros progenitores, se desmorona cual baraja de naipes, sin que conozcamos el destino que nos aguarda a la vuelta de la esquina. ¿Cómo saberlo si ustedes, encargados de dirigirnos no tienen ni la menor idea del curso que debemos emprender como pueblo, como nación? Sus almas pusilánimes son la causa de nuestro incierto futuro.