Carta abierta a los ministros Luis de Guindos y Jorge Fernández Diez
Estimados Ministros del gobierno de España:
Viendo complacidamente su presencia en la beatificación de don Alvaro del Portillo, nos sorprende su permanencia en las estructuras del gobierno del Partido Popular.
Como sabrán el obispo Munilla ha recordado que “un católico no puede votar a los partidos políticos presentes en el congreso” y que espera que los católicos se vayan del PP,, mientras que monseñor Reig ha escrito que “el PP (y PSOE) se han constituido en una estructura de pecado”.
Entendemos y respetamos su libertad individual en cuanto a sus creencias religiosas, pero su responsabilidad como autoridad pública ha de ser un ejemplo, ya que podrían llevar al engaño a cristianos que piensen que su presencia en la beatificación, y por tanto se presupone unas creencias religiosas, van luego acorde con una actividad pública en política.
Dado que en ustedes no existe esa correlación, rogamos reconsideren su presencia en futuras ceremonias, especialmente si ello conlleva una presencia de tipo “oficial” como ha sido esta última, o de lo contrario, que renuncien a formar parte de un partido y de un gobierno abortista y enfoquen su actividad política desde otras opciones acorde a sus creencias y moral.
Recuerden además, que cómo escribió monseñor Reig Pla, “no es justificable moralmente la postura de los católicos que han colaborado con el Partido Popular en la promoción de la reforma de la ley del aborto (ley Gallardón) a la que ahora se renuncia”. Entendemos que ustedes, como miembros del gobierno, han colaborado en la llamada ley Gallardón, por lo que su presencia en la beatificación crea incomprensión entre los católicos, que pueden ver su asistencia a la misma, no como una decisión particular, sino como un acto que busca el respaldo para el PP del voto católico. Quizá por ello la foto tomada delante del altar con algunos diputados a los que también dirigimos esta carta, la posterior divulgación de dicha foto y el consiguiente apoyo en los medios afines.
No seremos nosotros quienes entremos a valorar esta actitud, a pesar de nuestra función periodística. Los recientes escritos y palabras de nuestros obispos sirven más que suficiente.