Carta abierta al señor Neira
Manuel Villena Lázaro.
Admirado, respetado, gallardo, valeroso, abnegado y osado caballero Sr. Neira:
Viendo el atropello, la clamorosa injusticia y la vil afrenta que con vuestra persona cometen los hombres de su tiempo y sus modernas leyes, quiero tenga a bien considerar mi humilde ofrecimiento y ruego acépteme como su más fiel y servicial escudero en todos aquellos enfrentamientos que vuestra merced tenga con toda clase de follones, chulos, bellacos, malandrines, ruines leguleyos, encantadores y embaucadores que, en la España actual, son legión.
Y como no hay caballero que se precie sin su amada dama, a ella, en su honor y a modo de despedida le transcribo los famosos versos:
Nunca fuera caballero de dama tan bien servido.