Queridos hermanos:
Recibid en primer lugar un cordial saludo en el Señor.
Obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, familias, laicos, instituciones eclesiásticas y civiles, así como muchos medios de comunicación (prensa, radio, televisión e Internet), habéis tenido a bien mostrarme, en estas últimas semanas, vuestra cercanía espiritual y apoyo, asegurándome vuestras oraciones. A todos, de corazón, os doy las gracias ¡Qué Dios os lo pague!
Quiero dar las gracias, especialmente, a todos los que sentís, o habéis sentido, atracción sexual hacia el mismo sexo (AMS) y habéis tenido a bien hacerme llegar vuestros testimonios; sois más de 100 personas las que a fecha de hoy habéis escrito vuestras experiencias. Debo daros las gracias porque he visto en ellas la mano de Dios y he aprendido mucho sobre vuestros sufrimientos y vuestras esperanzas. También os doy las gracias por vuestra valentía, porque vuestras experiencias, al no admitir – en tanto en cuanto tales experiencias – refutación ideológica o política alguna, podrán ser de gran ayuda a muchas personas; colaboráis así a romper el cerco de silencio respecto a la posibilidad de cambio para quien lo desee libremente; de ahí la importancia de publicarlas y divulgarlas ¡Mil gracias! Por último os animo a perseverar en los “itinerarios de libertad y esperanza” que estáis recorriendo.
También me dirijo a quienes no compartís el Magisterio de la Iglesia en los temas que nos han ocupado estos días. Nunca he tenido intención de ofender a nadie; a todos respeto y acojo de corazón; sin embargo, debo decir que la misión que me ha confiado la Iglesia y la caridad de Cristo me urgen (cf. 2 Co 5, 14) a anunciar la verdad contenida en las Sagradas Escrituras, en el Catecismo de la Iglesia Católica y en el resto del Magisterio de la Iglesia. A todo ello me debo, con la gracia de Dios. Sabed que quedo a vuestra disposición.
Gracias de nuevo a todos y ¡Felices Pascuas!
Con todo afecto en Cristo,
+ Juan Antonio Reig Pla
Obispo Complutense