Miguel Massanet Bosch. Algunos ilusos creímos que, cuando la dirección del grupo Godó decidió cambiar de director de su rotativo La Vanguardia, el señor José Antich, para poner en su lugar al señor Marius Carol, este cambio significaba, a la vez, una variación en su rumbo político, una rectificación a tanto proselitismo separatista, una nueva senda hacia la cordura y el conservadurismo que siempre había sido el santo y seña de este centenario periódico.

Algunos llegaron a pensar que el cambio suponía que: “El Conde de Godó apuesta, en apariencia definitivamente, por sacar a su grupo de la estela que marcan Convergencia y Esquerra Republicana (Francisco Medina). Error craso porque, como se ha demostrado posteriormente, los Godó no parecen que estén dispuestos a prescindir de las sustanciosas subvenciones que su periódico viene recibiendo de la Generalitat, simplemente para que publique una edición de su diario enteramente en catalán.

Alguien hablaba de 30 millones de euros anuales. Siguiendo el espíritu de endémico antiamericanismo tan característico de la sociedad catalana, al periódico La Vanguardia le gusta cebarse en la derecha estadounidense, criticar a sus más destacados líderes ( de Reagan vienen diciendo que fue un desastre cuando, en los EE.UU se puede hablar de que es uno de los presidentes más querido, respetado y al que más se pone como ejemplo cuando se trata de recordar como logró empujar a su país hasta convertirse en una referencia de la potencia económica y militar) y despreciar a aquellos millones de ciudadanos norteamericanos que han elegido, para que gobierne al país, a personas del partido Republicano, como el señor Trump, convencidos de que van a ser los que mantendrán intacto el prestigio de la nación y los niveles de prosperidad del pueblo americano.

Teniendo en cuenta los resultados mediocres de Obama, que no ha conseguido ninguno de sus objetivos. Que el señor Marius Carol se constituya, motu propio, en un crítico apasionado, implacable, tendencioso y, evidentemente inoportuno, de los votantes americanos que han decidido, por aplastante mayoría, votar a favor de la candidatura de Donald Trump, significa arrogarse una pretendida superioridad intelectual sobre ellos, descalificarlos por el simple hecho de tomar una decisión a favor de un señor que, en sus discursos, pone de relieve lo que, una parte muy significativa del electorado de USA, piensa cuando se siente desplazado por la presión de los millones de extranjeros que, materialmente, vienen invadiendo el país, muchos de ellos clandestinamente y vulnerando las leyes de acogida vigentes; pretendiendo, cuando ya están dentro, que se les conceda la nacionalidad americana,; algo que, para los que entran legalmente, es siempre un objetivo difícil de alcanzar.

Y a propósito de la inmigración indiscriminada y sus consecuencias, me gustaría recordar que en septiembre del 2015 ya aludíamos, en un artículo “Europa tiembla bajo las responsabilidades que la agobian”, a los problemas que acarrearía la inmigración indiscriminada y no controlada que se avecinaba; al que siguió otro: “Merkel y su errónea política migratoria” (20/10/ 2015), en el que se vaticinaba lo que, precisamente, está sucediendo en Alemania, como consecuencia de haber aceptado un aluvión migratorio que, como ha sucedido, ha permitido que terroristas en potencia se infiltraran y llevaran acabo actos de terrorismo que han puesto en evidencia el que, aquellas prevenciones, eran atinadas y un error garrafal de la primera dama alemana.

Resulta que, en La Vanguardia del día de hoy, 25/7/2016, en “La segunda”, señor el director, señor Carol, se desfoga poniendo verde al señor Trump, entre otras razones porque este señor ha recordado a los europeos que ya es hora de que valgan por sí mismos y a pagar los gastos de las contiendas a las que deben enfrentarse. No sé si, el señor Carol, padece de amnesia pero, si fuera así, debiera recordarle que, los americanos, siempre han sido, en las dos guerra europeas particularmente, quienes salvaron a los europeos del invasor de los alemanes, en especial en la II Guerra, en la que Hitler se hubiera hecho con el dominio de toda Europa si, los americanos, no llegan a proporcionar el material para el desembarco de Normandía en cuyo desembarco, por añadidura, murieron miles de soldados estadounidenses. Recuerden también la Guerra del Golfo y las ayudas recibidas por la OTAN, sin las cuales difícilmente se dispondría de armamento de últimas generaciones. Y es que, señor Carol, lo diga usted o se lo calle, Europa ha sido, desde hace años, una “rémora” para el pueblo americano y, si eso lo dice el señor Trump, puede que a usted no le guste, pero es una verdad como un templo que los americanos de a pie saben reconocer.

Cuando usted habla de que Trump pretende bloquear la entrada en el país a los musulmanes, no sé si se ha dado cuenta de que los primeros que han acudido, aunque tarde a semejante solución, han sido precisamente los de la UE cuando han desviado hacia Turquía, mediante un sustancioso soborno, el grueso de los inmigrantes que pretendían entrar por Grecia o los Balcanes, unos desgraciados que la “caritativa “Europa ahora ya no quiere. El error fatal de la señora Merkel fue, y lo está pagando, ofrecerse a recibir millones de refugiados sin tener en cuenta la necesidad de hacer una estricta selección, una criba para separar el grano de la paja, para evitar que, entre ellos, se le colaran con suma facilidad los que ahora están causando graves problemas al pueblo alemán. Este que se ha dado cuenta y ahora le piden cuentas por permitir que, un millón y pico de inmigrantes, se hayan constituido en un grave problema para la administración alemana que se ve superada por semejante avalancha.

El problema de la inmigración mexicana no es nuevo, son ya muchos los presidentes americanos que han tenido que bregar con él, sin encontrar una solución satisfactoria. La verdad es que, cada día, se cuelan por la amplia frontera mexicana cientos de inmigrantes que penetran, de extranjis, en territorio americano; sin que los guardas de fronteras den abasto para contener tal alud de personas, que constituyen un verdadero problema nacional para los EE.UU. No sabemos si la construcción de un muro sería efectivo, pero lo que es evidente es que, los americanos, consideran un problema al que hay que enfrentarse para evitar que los mexicanos, en lugar de establecer un gobierno que no sea corrupto y que se preocupe para evitar la extrema pobreza que existe en el país, prefiera dar facilidades para que emigren con lo que libra del deber de darles trabajo.

No todo se ha de enfocar desde la parte sentimental, que toque la fibra caritativa de la gente (algo que siempre es favorable a la venta de más periódicos) y hay que intentar decir la verdad, aunque no sea bien recibida por todo el mundo. Y una observación, señor director, cuando hay una noticia tan importante como la que ustedes medio ocultan en un rinconcito de la página 8 del periódico, junto a una gran fotografía de Obama y Clinton, hablando del apoyo decisivo de Obama a la candidatura de la señora Clinton; hablan ustedes de un “contratiempo inicial” en pequeño formato, como si, lo que allí se dice, no fuera una verdadera bomba de relojería que puede acabar con las posibilidades de la candidata demócrata a sus aspiraciones a ocupar la Casa Blanca.

El hecho es que, en Wikileaks, se publicaron unos correos que, allí dicen “sugieren” pero, en realidad, lo dan por sentado, el que la “cúpula del partido Demócrata americano” favoreció de forma expresa la candidatura de la esposa del expresidente W.Clinton, en contra de los intereses políticos del otro candidato, el señor Sanders que, como es evidente, no se ha tomado nada bien la noticia y es muy probable que decida recurrir el nombramiento de Hillary. En todo caso, es obvio que, a estas alturas del periodo preelectoral en los EE.UU, puede ser una bomba de profundidad en contra de las opciones de la candidata demócrata, que puede favorecer definitivamente las opciones del señor Trump que, por cierto, ya parece que le lleva 5 puntos de ventaja a su oponente del partido Demócrata.

No es de recibo que, un periódico de la categoría de la Vanguardia, uno de los de más tirada en Cataluña y en España, el señor Director (vale que lo hiciera alguno de sus colaboradores) se defina de una manera tan descarada a favor de una opción que, evidentemente, no le afecta directamente ni tiene por qué inmiscuirse en un terreno que le es ajeno. Ya tendría suficiente trabajo si se dedicase a hablar de la serie de mamarrachadas que se están llevando a cabo en Cataluña, por los separatistas y los comunistas que se han apoderado de dicha autonomía. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, me he permitido escribir esta carta, no del todo abierta, porque si me dejara llevar de lo que me piden mis instintos primarios, es posible que acabara ante los tribunales de Justicia, una posibilidad que no estoy dispuesto a que se pudiera producir. Por si acaso.