Señor Director:
Asistimos a la muerte, - anunciada - del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. A nadie ha pillado por sorpresa, aunque la cúpula de su gobierno intentara ocultar la verdadera situación del dictador, con el fín de prepararse a perpetuar la continuidad en el poder.
Y tras la muerte, que por ser de un ser humano no debemos aplaudir, el esperpento organizado por las autoridades: Al engaño alrededor de la fecha y lugar de la muerte del dictador hay que añadir la farsa del cortejo fúnebre, en el que el difunto "brillaba por su ausencia"... pues se ha sabido que el ataud estaba vacío... Grotesco se mire por donde se mire.
Toda esta historia está montada sobre un engaño infame, que se aprovecha del candor o ignorancia de una parte del honrado pueblo venezolano, para mofarse del mismo. Con estos precedentes, es fácil imaginar lo que le espera a Venezuela; Más de lo mismo: corrupción, mentiras, manipulación, populismo barato, falta de libertad, intolerancia, totalitarismo.
Sólo podemos desear que acabe cuanto antes y que Venezuela retome la senda de la Democracia y los Derechos Humanos.
Atentamente,
Fina Millán-Hita