Catalina de Aragón
Hoy la protagonista del día es Catalina de Aragón, que nació el 16 de diciembre de 1485 en Alcalá de Henares. Fue la menor de los cinco hijos de los Reyes Católicos. Se casó con Arturo, príncipe de Gales, pero su marido se murió antes de que se consumase el matrimonio. Fue entonces cuando el hermano del difunto la solicitó como esposa, a lo que ella en principio opuso gran resistencia. Sin embargo en 1509, cuando Enrique VIII ya era rey se casó con él.
Y sucedió que en 1527, Enrique VIII se enamoró de Ana Bolena, acontecimiento que le abrió los ojos para descubrir -o eso creía él- que su matrimonio con Catalina era nulo porque, como es sabido, el descubrimiento de la nulidad matrimonial muchas veces coincide con el enamoramiento de una tercera persona, ajena al matrimonio presuntamente nulo. Y sospechando de su nulidad, Enrique VIII hizo los trámites pertinentes para conseguirla y hasta hizo valer sus muchas influencias. La historia es conocida: como Enrique VIII ya había tomado la decisión de antemano de casarse con Ana Bolena antes de pedir la nulidad con Catalina, cuando el Papa se la negó, como reacción se separó de Roma, y organizó su propia iglesia, que le legalizó su divorcio.
Catalina, siempre se consideró su legítima esposa y los que no dieron su aprobación al bodorrio con Ana Bolena lo pagaron con su vida, como fue el caso de Tomás Moro y John Fisher, luego canonizados por la Iglesia Católica. Muy diferente fue la actitud de muchos humanistas -intelectuales que suelen subordinar los principios al éxito- que no vieron otra salida que la de plegarse al poder.
El comportamiento de Luis Vives fue todo un precedente de la actitud actual de nuestra sociedad frente a la lacra del divorcio. El humanista español razonó así a la reina Catalina: puesto que el rey no está dispuesto a dar marcha a atrás en su divorcio, lo razonable es aceptarlo. Lo mismo que sucede en la actualidad en España, casi nadie habla contra el divorcio, a pesar de que es la causa de los mayores sufrimientos morales. Y a veces los que hablan es mejor que callaran, pues la derecha pagana, sus medios de comunicación y asociaciones sociales sólo condenan el divorcio expres, promovido por el PSOE. Y es que cuando la fuente de moralidad es el interés político, es malo lo que hacen los otros y bueno lo que hacen los míos.