Chacón “infunde valor” a los soldados
Miguel Massanet Bosch. Pues sí señores, por si éramos pocos parió la abuela. Empezamos diciendo que las tropas enviadas al Afganistán iban en “misión de paz”; continuamos afirmando que, nuestros soldados, se limitarían a hacer labores de apoyo en la retaguardia y que su función sería ocuparse de la población civil. Luego, de forma misteriosa, se empezaron a caer helicópteros, que unos misteriosos genios malignos meteorológicos se empeñaron en derribar aunque, algunos que estuvieron allí, dijeron que era imposible que esto hubiera sucedido según explicaba la versión oficial. Mas tarde, nuestros vehículos acorazados empezaron a sufrir accidentes “fortuitos” que, inevitablemente, comportaban el fallecimiento de alguno de nuestros soldados; luego aparecieron las minas y nuestros vehículos blindados empezaron a saltar por los aires, como si se tratara de latas de hojalata; en una etapa posterior el ministerio de Defensa dijo que sustituiría aquellas reliquias de la guerra de Napoleón y, mientras, reforzaron con algunas planchas de hierro los débiles fondos de aquellas carrozas funerarias; y así, señores, burla burlando, el ministerio de Defensa y su titular, la señora Chacón, han pretendido dorar la píldora a los españoles, para intentar convencernos de que nuestros soldados en Afganistán estaban de camping. Pero los talibanes, aparte de estar perfectamente armados, conocerse el terreno al dedillo y ser unos fanáticos que tienen amedrentada a toda la población civil (que sabe que, si no colabora con ellos, está en peligro de ser masacrada); resulta que no se han enterado de que no están en guerra, y siguen matando.
El hecho es que, los nuevos vehículos militares que tenían que estar dotados de todos los adelantos técnicos, tales como sensores detectores de minas y otras mejoras electrónicas, aparte de estar mejor protegidos contra las peligrosas minas de los talibanes; o no han llegado o, si lo han hecho, nadie los ha visto. Mientras estamos gastando el dinero en estupideces como la Alianza de Civilizaciones; en preparar actos para la UE durante la presidencia de ZP ( 90.000.000 de euros) y las autonomías despilfarrando el dinero en consultas separatistas, abrir embajadas en el extranjero, pagar informes sobre la gaviota corsa, o subvencionar a aquellos de la farándula, mientras la SGAE se esmera en imitar a la GPU soviética o a la Stasi de la antigua Alemania del este, para esquilmar tanto a peluqueros como a residencias de ancianos o a simple ciudadanos que adquieran un CD para sus fines particulares; nuestros soldados en Afganistán deben exponerse al peligro de las minas de los talibanes sin estar bien protegidos y armados. No hay dinero para el Ejército, pero si lo hay para que “sus señorías”, en sólo siete años de cotización, tengan derecho a una magnífica pensión para cuando se retiren de la política o para que la señora Leire Pagín compaginen varios cargos magníficamente retribuidos o la señora del señor Montilla disponga de tiempo suficiente para ocuparse de 16 empleos políticos.
No han dotación para el Ejército pero la TVE o TV1 va aumentando su déficit a costa de los contribuyentes, sin que las 4.000 jubilaciones de empleados de 50 años para arriba,con magníficas pensiones, se haya notado a la hora de reducir sus gastos generales y librarse de las sanguijuelas que le chupan los euros con programas que serían la vergüenza de cualquier guionista medianamente aceptable. Pero eso sí, a cambio, disponemos de una verdadera experta en cuestiones militares, persona avezada en tácticas y estrategias que lo mismo le da desalojar de Sojovo a nuestras tropas, porque le ha dado un pronto, que ponerse la camiseta de “Todos somos Rubianes” o mandar “firmes” con voz tímida y atiplada para que la tropa le rinda armas. Una ministra al frente del departamento de Guerra que fracasa y humilla a nuestros marinos de guerra con lo del secuestro del Alakrana, impidiéndoles actuar para castigar a los piratas en huida; o se dedica a dar exhibiciones de vestuario, rivalizando con la De la Vega, en gastarse el dinero en “trapitos”, para que luego se comente en la prensa o, una ministra de la que se comenta que tiene aspiraciones a ocupar el lugar del señor Rodríguez Zapatero y, por ello, arrastra a una pléyade de periodistas y correveidiles encargados de sacar las fotos más favorecedoras para su propia campaña de promoción. No resulta creíble, no está en su lugar y no es capaz de alentar y dar moral a la tropa, cuando más está necesitada de ello. En el viejo hangar de la base de Herat, la Chacón más bien parecía una viuda desconsolada que la encargada de dar coraje a la tropa, de resaltar las virtudes castrenses del soldado fallecido y de infundir arrestos a los militares presentes, desde el coronel al último soldado, hablándoles de España, del honor de servirla y de la forma de honrarla mejor, permaneciendo en sus puestos y vengando, si fuera preciso, la vida del compañero perdido.
Pero, señores, ¡cómo van a sentirse aquellos mozos, si la encargada de levantarles el ánimo estaba a punto de echarse a llorar delante de ellos! No obstante, no deberíamos de extrañarnos de que estas cosas sucedan. La señora Chacón no tiene por misión dirigir un verdadero ejército ni tiene interés en infundir patriotismo a la tropa ni, mucho menos, que se crean estar en guerra. Los ataques de los talibanes y las escaramuzas a las que están sometidos, para ella, no tienen nada que ver con una guerra. Por el contrario, la tropa está cumpliendo una simple labor humanitaria y, sobre esta base, les pide que mueran para que, con ello, se implante la paz; pero sin luchar para defenderse ni basada en la victoria sobre los enemigos, no señores, será la paz del cordero que llevan al degolladero; porque, los señores socialistas, no quieren que sea dicho que estando ellos en el poder España está en guerra.¡Claro, si pusieron de chupa de dómine a Aznar por lo de Irak, donde no murió ningún soldado en acción de guerra!,¿cómo van a poder justificar que ya han muerto 90 españoles en otra guerra? En consecuencia siguen insistiendo en que, lo de Afganistán, sigue siendo una misión de paz, una ONG peligrosa o una merienda de negros, pero atención: antes se dejarán arrancar la piel a tiras que admitir que allí hay una guerra como la copa de un pino.
Hoy mismo, en Hospitales de Llobregat, el pueblo de Catalunya donde residía el infeliz John F. Romero, se ha celebrado un acto de homenaje al caído, con la presencia de familiares y autoridades locales. La periodista que retransmitía la ceremonia, en lugar de calificar aquella concentración como un acto de apoyo a la familia, una ceremonia funeraria o un homenaje al soldado que ha dado su vida por España; no ha tenido otra frase de la que echar mano que hablar de “un acto de repulsa contra la muerte del soldado”. ¿Repulsa contra qué o contra quien?, ¿acaso se trataba de una manifestación contra la subida de precios o un acto contra el aumento de impuestos por parte del Gobierno? Esta periodista no tiene ni idea de que, el Ejército, está para actuar en acciones bélicas cuando es preciso y, en ellas, se mata y se muere; puede ser todo lo triste que se quiera, pero esta es la realidad y así viene ocurriendo desde que el mundo es mundo. Actos de “repulsa”, estimada señorita, serían apropiados contra el régimen de Fidel Castro, que viene asesinando y encarcelando a sus opositores o contra el señor Hugo Chávez, que está imponiendo su tiranía sobre todos los venezolanos, pero, en el caso que nos ocupa, hubiera sido más oportuno un acto de “reconocimiento” y “agradecimiento” en honor de este muchacho que ha muerto defendiendo una causa justa. Claro que, para el PSOE, estas sutilezas no entran en su ideario.