Redacción Madrid. 19 de marzo.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció hoy la retirada escalonada de las tropas españolas de Kosovo para antes de que finalice el verano, después de diez años de presencia militar en los Balcanes. "La misión está cumplida. Es hora de volver a casa". Así se pronunció la titular de Defensa ante los 630 soldados destacados en territorio kosovar, en la que ha sido la primera visita de Chacón desde que se declaró su independencia.
La ministra destacó el "magnífico" trabajo realizado por los soldados españoles a lo largo de la última década en Kosovo y subrayó que en este tiempo han pasado por tierras kosovares 22.000 militares.
Cuando hace poco más de un año -el 17 de febrero de 2008- Kosovo declaró su independencia unilateral comenzó un problema para España: cómo continuar con las misiones en un país cuya existencia no se reconoce. El Ejército español tiene en Kosovo 630 militares desplegados en operaciones bajo mando de la OTAN o de la UE pero siempre amparados en resoluciones de Naciones Unidas que consideraban Kosovo como una provincia serbia y defendían la integridad territorial de este Estado.
Por ello no fue fácil para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero compatibilizar el mantenimiento de las misiones con su contundente negativa a reconocer una declaración de independencia que según defendió en todo momento era contraria al derecho internacional. La solución fue salirse por la tangente e insistir en que la prioridad máxima de España era garantizar la estabilidad de los Balcanes, por lo que era coherente mantener la presencia militar. Esta tesis cobró fuerza en los primeros momentos tras la independencia de Kosovo ya que los militares españoles eran los soldados mejor acogidos en las zonas kosovares de mayoría serbia.
como Mitrovica, que representaban los puntos más conflictivos. Sin embargo no eran pocas las voces, sobre todo procedentes del principal partido de la oposición, que exigían la retirada de las tropas precisamente para mantener esa coherencia.
Durante este último año y hasta el anuncio de hoy ha habido momentos complicados para un gobierno que quedó en minoría en Europa ya que 22 países de los Veintisiete han reconocido Kosovo y el Parlamento Europeo aconsejó a los cinco restantes que hicieran lo mismo, petición no atendida por ninguno de ellos. Los españoles han cuidado en estos meses meticulosamente todas las declaraciones de la UE para que de ninguna de ellas pudiera desprenderse reconocimiento alguno de Kosovo como país y sobre todo del mandato de la misión civil lanzado por Europa. En el seno de la OTAN la delegación española también trabajó muchísimo para garantizar que la redacción se ajustara a sus intereses políticos aunque no consiguió que la Alianza aceptara una reducción de tropas como pretendía el Gobierno.
EL RECHAZO DE LA OTAN
Con la salida de las tropas de Kosovo se cumple la exigencia de quienes pedía coherencia, pero es posible que ahora surjan críticas de otros sectores que no tienen claro que la misión esté cumplida porque consideran que la estabilidad de los Balcanes podría todavía correr peligro, una situación que, indudablemente, y aunque salvando las distancias, recuerda a la salida de las tropas españolas en Irak tras la victoria electoral del PSOE. Las primeras reacciones no se hicieron esperar y el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, declaró que la decisión de España de retirar sus tropas no puede ser unilateral y criticó, además, que en este momento no se dan las condiciones políticas y de seguridad en el territorio como para actuar de este modo. "Cualquier cambio significativo en la talla o estructura de la KFOR debería ser resultado de una decisión dentro de la Alianza en el momento en el que haya un acuerdo acerca de que se dan las condiciones políticas y de seguridad en Kosovo, y ese momento todavía no ha llegado", dijo Scheffer.