China endurece los controles de seguridad tras el atentado terrorista de Xinjiang
Redacción Madrid. 5 de agosto.
China anunció hoy un endurecimiento en los controles de seguridad tras el ataque perpetrado por dos individuos en las cercanías de una comisaría en la región de Xinjiang (oeste) y en el que fallecieron, según las fuentes oficiales, 16 policías y otros tantos resultaron heridos. Los atacantes atropellaron con un camión a los policías, que se encontraban haciendo sus ejercicios matinales junto a la comisaría, y les lanzaron varios explosivos caseros.
Hoy, el Gobierno de Xinjiang ha declarado se que han incrementado los controles de acceso a Kashgar, donde se produjo el suceso. Según informa la agencia oficial Xinhua, la policía está inspeccionado los coches y bolsas de los viajeros.
Mientras, en Urumqi, la capital regional, las fuerzas de seguridad están empleando máquinas portátiles en sus chequeos de los documentos de identidad de la población. La Policía armada está realizando controles en los autobuses desde principios de mes, según la agencia.
Los controles en ciudades como Pekín, mientras tanto, no han aumentado hoy, aunque resultaría difícil reforzar la seguridad, habida cuenta que ya hay unos 110.000 policías en la ciudad y 1,4 millones de voluntarios, entre jóvenes y jubilados, atentos a cualquier movimiento en las calles. La vigilancia se completa con la aportación de conductores de autobuses o taxistas, que también deben informar si observan cualquier suceso extraño.
Las autoridades chinas habían afirmado que existía un riesgo importante de que durante la semana previa a la inauguración de los Juegos se produjeran atentados terroristas, y que el mayor factor desestabilizante eran los grupos terroristas de Xinjiang.
China ha vinculado al Movimiento Islámico del Kurdestán Oriental el suceso de ayer, que confirma, a ojos de los expertos chinos, que la amenaza terrorista sobre el país es una realidad.
"Está claro que el ataque fue planeado cuidadosamente y muestra que China también padece una amenaza terrorista", afirmó Jin Canrong, vicedecano de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad del Pueblo, en declaraciones a 'South China Morning Post'.
Jin denunció los "dobles estándares" existentes entre la comunidad internacional. "A menudo, si alguien pone una bomba en el aeropuerto de Los Ángeles, está cometiendo un ataque terrorista, pero si pone una bomba en Urumqi está combatiendo por la libertad", declaró.
Desde su exilio en Alemania, no obstante, fuentes del Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM, en sus siglas en inglés) han rechazado considerar el ataque como un "atentado", y lo han calificado como una muestra de la desesperación de la población en su propia tierra.
"No creo que el ataque sea un atentato terrorista. Es una lucha armada y esto ocurre en respuesta a la persistente represión del gobierno chino en la región. No existe ninguna base para acusar al ETIM del atentado. Al contrario, el culpable es el Gobierno chino y sus medidas autocráticas en Xinjiang", declaró ayer Dilxadi Rexiti, portavoz del ETIM, grupo que fue catalogado internacionalmente como una organización terrorista tras los atentados del 11-S, según los críticos como una condición de China para colaborar con EEUU en la lucha contra el terrorismo.
Por otro lado, la agencia oficial Xinhua ha informado de que la policía de Kashgar, así como la oficina municipal de Asuntos Exteriores, se han disculpado públicamente con la prensa japonesa después de que los agentes retuviera ayer a dos reporteros nipones que habían acudido a la ciudad a informar sobre el suceso.