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La medida la ha propuesto la Casa Blanca por el fracaso de la inyección de capital

Chrysler y GM tendrán una “quiebra ordenada”

Redacción Madrid. 19 de diciembre.

  Mientras el presidente estadounidense, George W. Bush, sigue mencionando que todas las opciones están sobre la mesa para ayudar a la industria del automóvil, después del fracaso del paquete de 14.000 millones de dólares en el Senado, la Casa Blanca reveló ayer que una de las posibles soluciones podría pasar por una bancarrota "ordenada" de dos de las Tres Grandes de Detroit.

   La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, confirmó que la Secretaría del Tesoro analiza esta solución como ayuda a General Motors y Chrysler, según informaciones de 'The New York Times'. Ford, que parece no necesitar tan urgentemente una inyección de capital, quedaría al margen de esta inusual medida, que requeriría un consenso de sindicatos, acreedores e incluso bancos, entre otros actores.

   En concreto, la posibilidad contempla una inyección de capital a General Motors y Chrysler suficiente para que operen durante varios meses. Pasado este período, un supervisor estatal reuniría a los directivos de las dos compañías para que se acojan al capítulo 11 del Código de Bancarrota. Un tribunal deberá aprobar cualquier decisión empresarial que se adopte desde entonces.

   Perino destacó en rueda de prensa que "el presidente no va a permitir una caída desordenada de las compañías". Esto, añadió, sería algo "muy caótico" y podría tener consecuencias para todo el sistema. Por ello, la Casa Blanca es partidaria de un "aterrizaje suave".

   No obstante, al parecer no hay ninguna decisión tomada todavía y no se puede dar nada por sentado hasta que se produzca una comunicación oficial del resultado de las deliberaciones.

   Por su parte, el propio Bush reiteró en una entrevista a la cadena C-SPAN que una quiebra desordenada sería "muy desestabilizadora" y supondría "un impacto para el sistema". "También estoy preocupado acerca de poner dinero sano sobre el malo", añadió, defendiendo que cualquier opción que se adopte ha de tener en cuenta la viabilidad empresarial para el futuro.

 

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