Chávez avala a Uribe y Correa se queda sólo en sus reclamaciones
Redacción Madrid. 19 de abril. No todo iban a ser gestos de amistad y acercamiento en la V Cumbre de las Américas, a pesar de la presencia mesiánica del nuevo presidente de los EEUU, Barack Obama. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha dicho de madrugada que no reanudará las relaciones diplomáticas con Colombia hasta que el Gobierno de Álvaro Uribe acepte las condiciones que le plantea Ecuador y que, básicamente, se reducen a dos: la entrega del material militar relacionado con el ataque colombiano al campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) situado en territorio ecuatoriano y el reforzamiento de la seguridad en la frontera común.
Correa se queda sólo en sus reivindicaciones ya que, el pasado miércoles, Hugo Chávez expresó su apoyo al plan del presidente colombiano para derrotar a las FARC. Al término de un encuentro bilateral en Caracas, Chávez, aliado de Correa, admitió que la postura de Uribe frente a los grupos guerrilleros "puede marcar una ruta hacia la paz". Parecía que la declaración de Chávez iba a significar un impulso en las relaciones diplomáticas entre los dos países vecinos, en crisis tras el bombardeo al campamento ecuatoriano de las FARC el 1 de marzo del año pasado.
En rueda de prensa, Correa ha dramatizado en la exposición de acontecimientos que provocaron la ruptura diplomática, afirmando que el del 1 de marzo de 2008 fue el "más certero, traicionero y grave bombardeo de que tenga memoria América Latina". A consecuencia de éste murió Raúl Reyes, número dos y portavoz internacional de las FARC.
Correa exige por parte de Colombia un refuerzo en las medidas de seguridad que operan en la frontera común y se queja de la diferencia de fuerzas destacadas en la misma por uno y otro país. "Lo que pasó el 1 de marzo no fue una pelea de compadres", ha dicho Correa. Ecuador "tiene 13 destacamentos militares en la frontera norte y Colombia sólo tres en su frontera sur". Según Correa, esa diferencia genera gastos y pérdidas de vidas a su país y ha recordado que el propio Uribe reconoció el problema de seguridad en la frontera y se comprometió a tomar medidas.
Correa también pretende que sea Colombia la que corra con la cuenta de las indemnizaciones a los familiares del ecuatoriano muerto durante el ataque y con la atención a los colombianos que llegan a Ecuador huyendo de las FARC.