Redacción. Los huesos encontrados en una Iglesia de Bulgaria en el año 2010, podrían pertenecer a Juan el Bautista, de acuerdo a las evidencias que poseen hasta el momento un grupo de científicos de la famosa Universidad de Oxford en Reino Unido.
En efecto, a mediados de junio la Universidad británica difundió un comunicado en el que explica que una de las piezas óseas encontradas, que corresponde a un nudillo de la mano derecha, data del primer siglo después de Cristo, según informa ACI prensa.
Aunque los investigadores se sorprendieron por este hallazgo, también comentaron que la evidencia de la fecha no era suficiente para probar que el hueso perteneciera a Juan el Bautista.
Fue el arqueólogo Kazimir Popkonstantinov, quien descubrió los huesos en 2010, cuando estaban realizando una excavación en una vieja Iglesia llamada SvetiIvan (que se traduce como San Juan), ubicada en una isla de Bulgaria. El nudillo era una de seis huesos humanos encontrados, que incluyen un diente y una pieza del cráneo. Y los huesos estaban contenidos en un pequeño sarcófago de mármol, bajo el piso de la iglesia, cerca del altar.
Cuando el profesor Thomas Higham, y Christopher Ramsey realizaron la prueba de radiocarbono a los huesos, se sorprendió al descubrir que los huesos no eran del tercer o cuarto siglo, sino de una edad mucho más temprana.
"De cualquier forma, el resultado del hueso metacarpiano es claramente consistente con alguien que vivió a comienzos del primer siglo después de Cristo. Si esa persona era o no Juan el Bautista es una pregunta que no podemos responder definitivamente, y probablemente nunca podremos".
El doctor Hannes Schroeder y el profesor EskeWillersley, ex estudiantes de Oxford, reconstruyeron la completa secuencia genética del ADN mitocondrial de los huesos humanos, para establecer que eran de la misma persona.
Los científicos identificaron que el grupo genético correspondía al que se encuentra más comúnmente en el Medio Oriente, la región a la que pertenecía Juan el Bautista, y que se trataba de un hombre.
Shroeder indicó que "nuestra preocupación era que los restos podrían estar contaminados con ADN moderno. Sin embargo, el ADN que encontramos en las muestras mostró patrones de daño que son característicos de ADN antiguo, lo que nos dio confianza en los resultados".
"Esto no prueba que estos sean los restos de Juan el Bautista, pero tampoco refuta esa teoría, ya que las secuencias (genéticas) que obtuvimos encajan con su origen de Medio Oriente".
Los arqueólogos búlgaros que encontraron los huesos también hallaron una pequeña caja cerca del sarcófago, que tenía una inscripción en griego antiguo que menciona directamente a Juan el Bautista.
Los especialistas estiman que esa caja provino de Capadocia, en la moderna Turquía, y llegó a Bulgaria a través de la antigua ciudad de Antioquía, donde la mano derecha de San Juan habría permanecido hasta el siglo X.
Por otra parte, el investigador Georges Kazan, también de Oxford, a través de un estudio histórico concluyó que a finales del siglo IV, un grupo de monjes llevaron las reliquias de Juan el Bautista fuera de Jerusalén, entre ellas partes del cráneo.
Tras esto, las reliquias habrían permanecido en Constantinopla, a manos de la élite de esa ciudad.
La investigación del doctor Kazan señala que el relicario usado para contener los huesos de Juan el Bautista guarda semejanza con el encontrado en Bulgaria.
Según Kazan, "mi investigación sugiere que durante el quinto o a comienzos del sexto siglo, el monasterio de SvetiIvan podría haber recibido una porción significativa de las reliquias de Juan el Bautista, así como un prestigioso relicario en forma de sarcófago, de un miembro de la élite de Constantinopla".
"Este regalo podría haber sido hecho para dedicar o rededicar la iglesia y el monasterio a San Juan, cuyo patrón o patrones podrían haber apoyado económicamente", señaló.