El Gobierno colombiano pedirá a Interpol que incluya al llamado 'canciller' de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "Rodrigo Granda", en la Circular Roja, la lista de los delincuentes más buscados del mundo, informaron los medios locales, recogidos por Europa Press.

   El anuncio fue realizado por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, después de explicar que su administración decidió retirarle la calidad de gestor de paz que le otorgó el año pasado, cuando decidió liberarlo en un gesto unilateral para tratar de buscar un proceso de paz con las FARC.

   El Vicepresidente Franciso Santos había dicho en julio pasado que el Gobierno ya estaba cansado de que "Granda" no estuviese haciendo nada para buscar acercamientos entre las FARC y la administración Uribe. Sin embargo, dijo que el presidente Uribe no estaba arrepentido de haberlo liberado.

   Santos hizo el pronunciamiento días después de que se conociera una carta de cuatro páginas de los comandantes Rodrigo Granda y Jesús Santrich, divulgada  en el sitio de internet de la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP), en donde advertían de que las FARC nunca dejarían las armas.

   "No seremos nosotros, no y mil veces no, quienes bajemos las armas", dijeron los dos comandantes insurgentes en la carta. Sin mencionar directamente a ningún mandatario, los comandantes guerrilleros afirmaron además que habían recibido mensajes de distintos sectores de izquierda de la región saludando la lucha de las FARC, mientras que las posiciones expresadas por otros eran "oportunistas".

   Información de inteligencia indica que Granda se estaría moviendo por países de Centroamérica. Sin embargo, al ser incluido en la circular roja, habrá una alerta en 180 países para capturar al guerrillero. El pasado 25 de julio Santos había advertido que Rodrigo Granda volvería pronto a la cárcel y que ya se había emitido la orden a la Fuerza Pública para recapturarlo.

   Sin embargo, en ese momento no existía el aval jurídico que fue concedido esta semana con la resolución que firmó el primer mandatario. El guerrillero en su momento salió de la cárcel por un pedido del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.