Por Severo Matías Moto Nsá, político católico de la oposición más importante de Guinea Ecuatorial y líder del Partido del Progreso, que vive en España, donde ha establecido un gobierno en el exilio.
Lo dije, y no me cansaré de repetirlo, desde la fundación del Partido del Progreso, en mi exilio en España, hace ya más de 29 años: España es nuestro horizonte democrático; nuestro pan y vino, en el camino de las libertades democráticas y del desarrollo. Para algunos, esas ideas y convicciones son signo de cobardía y de infantilismo. Porque… “¡¡Los africanos tenemos que resolver nuestros propios problemas!!”
Para otros… las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, tienen una inevitable vocación, no solo de permanencia, sino de limpieza, dignidad y transparencia. Solo la persistente falta de estas cualidades, hacen inútiles mis afirmaciones. Solo el desbocado camino de la huida hacia adelante en la descolonización desastrosa, (tan reconocida por la antigua potencia colonizadora) y el empecinamiento de la antigua colonia en demostrar lo imposible, hace, asimismo, inútiles e inaplicables mis afirmaciones.
Aun cuando España solo nos sirviera para saber lo que no deberíamos hacer para lograr los objetivos de libertad, democracia y desarrollo a que aspiramos; aun cuando los propios guineoecuatorianos hayamos enfilado, la vía de las libertades, democracia y desarrollo, nunca sería una equivocación, ni una aberración, ni mucho menos un infantilismo, haber deseado o pensado que España debiera ser nuestro horizonte democrático; nuestro pan y vino para hacer el camino de nuestras libertades, democracia y desarrollo.
Hemos llegado a reclamar la Co-gobernación (¡¡¡ Puerto Rico!!!) de Guinea Ecuatorial…
-LA SOCIEDAD CIVIL ESPAÑOLA
Y cuando la oficialidad, las Instituciones, Organismos oficiales, gobiernos de diferentes partidos políticos, todos los poderes normales y fácticos españoles hayan decidido, darnos la espalda a los que creemos que deberían ser nuestro horizonte democrático, y se hayan centrado y cebado en un “hombre fuerte”, es decir, un guardia colonial: ladrón compulsivo; cruel asesino y antropófago irreductible; gran capo africano de tráfico de droga y de armas; violador empedernido; profundo tarado mental; tan despreciado por su propio pueblo, como por la Comunidad internacional, con el que pueden hacer prevalecer sus inconfesables intereses espurios mutuos y con quien vaciar a Guinea Ecuatorial de sus riquezas y de su dignidad como pueblo, como estado, como país…
Cuando la oficialidad y los poderes fácticos hayan decidido ese camino, todavía nos quedará tiempo y espacio para hurgar por la tupida Sociedad Civil Española, fuente, y depositaria de tantos valores cristianos, humanos, intelectuales y de dignidad; valores con los que, Misioneros Claretianos, Profesores, Inspectores y Delegados de Enseñanza, Jefes de la OJE, Religiosas Concepcionistas, otras órdenes religiosas de Enseñanza y tantos otros grandes españoles aderezaron aquella colonización española en Guinea Ecuatorial. Colonización considerada por el mundo entero como ejemplar y modélica.
Esa Sociedad Civil Española que, cuando la oficialidad y los poderes nos tiran a la calle como colillas, o atentan contra nuestras vidas, o nos tienen exiliados en el exilio, “confinados” en España; o saltan sobre nosotros, al encuentro y abrazo con la tiranía que agosta nuestras constantes vitales; nos recoge y acoge en sus hogares, en el exilio o (calladamente) en Guinea Ecuatorial. Esa Sociedad Civil Española que, a pesar de todo se nos ha arrimado y ofrecido el calor de su compañía y colaboración; y por ello han, incluso, recibido –más de una vez- en sus carnes, el envenenado aguijón de odio y persecución con que la oficialidad española nos ha tratado en los últimos 7 largos y dolorosos años.
¿Que cómo me gustaría que Guinea Ecuatorial fuera?
2.- Pues, para empezar, que no le faltara a Guinea Ecuatorial la presencia, compañía, apoyo, soporte y, a poder ser, la guía, de la Sociedad Civil Española.