Comparando las dimisiones
Joseph McMillan
Francisco Camps ha dimitido al frente de la Generalidad valenciana. Un acierto y una muestra de valentía y honradez. Sin embargo, me temo que al PSOE no le ha sentado demasiado bien, ya que esta decisión es una bofetada, pues ellos son incapaces de aplicarlo en sus propias filas. Como vemos, bien distinta es la vara de medir si los imputados están entre los socialistas o entre los populares. Echando mano de hemeroteca, veo que hay hasta ochenta y cinco socialistas que ocupan un cargo público a pesar de estar inmersos en procesos judiciales a los que su partido no ha exigido la dimisión, ni ellos piensan hacer tal cosa.
Solo echando un vistazo a Andalucía, se puede comprobar que alrededor de sesenta políticos socialistas están acusados de algún delito y, por si fuera poco, se ha destapado en esta región uno de los mayores y más importante escándalos: el de los ERE fraudulentos de la Junta de Andalucía. Seiscientos cincuenta millones de euros fueron desviados al llamado "fondo de reptiles", por lo que treinta socialistas se han visto, hasta el momento, implicados en un caso que afecta también a sindicalistas y empresarios.
Pero la reticencia a dimitir no es exclusiva de Andalucía, ya que en Ibiza, la Comunidad Valenciana, Melilla, Plasencia, Canarias y un largo etcétera de ex-alcaldes y dirigentes socialistas ocupaban sus cargos públicos antes y después de su imputación.
No obstante todo lo anterior, recordemos que el escándalo por antonomasia, que se puede convertir en el más grave de la historia de nuestra joven democracia, también salpica de lleno a las altas instancias socialistas: el chivatazo a ETA. El caso Faisán ha llegado hasta el actual ministro del Interior, Antonio Camacho, cuyo número de teléfono aparece en el caso, haciendo que tres altos cargos policiales de Rubalcaba estén procesados por este caso Faisán.
Los hechos apuntan a que los policías no pudieron tomar esa decisión por su cuenta. Uno de ellos, Víctor García Hidalgo, exdirector de la Policía, sigue siendo secretario de Organización del PSOE de Álava. Por lo que parece, ni él, ni sus compañeros, ni sus superiores tienen intención de dimitir. Y es que la dignidad no tiene por qué ser esencial al socialismo.
Como ha dicho un dirigente popular, los socialistas deberían tomar algo de la medicina que tanto aconsejaban a la Oposición…