Con Borrell, guante de seda
Rafael del Barco Carreras. De nuevo las cámaras, como el primer día, o con Lluís Prenafeta, y de nuevo más ruido que nueces. Con Borrell, guante de seda. Soñar con que lo despellejaran, pura ingenuidad de aficionado a las “películas de juicios”. La causa de su defenestración a la Presidencia de la Nación, 1999, sus intimidades con José María Huguet, jefe de Inspección, y Ernesto Aguiar, delegado, pivotes de la corrupción en aquella Hacienda, en asociación abierta y pública entre otros con Juan Piqué Vidal y el juez Luis Pascual Estevill, los apartamentos de montaña y playa, el restaurante TALAYA, las extorsiones que se comentaban a gritos en la Primera Galería de La Modelo, allí estaba yo en 1992 con los oídos tan abiertos al igual ahora en el juicio… nada de nada.
Declaró que conocía a Huguet por compañero de bachillerato en Lérida, pero clases diferentes, y que en Madrid se sabía que Huguet y Aguiart hacían grandes inversiones en Bolsa, y que él invirtió una pequeña cantidad. Aunque no gustaba en aquella Hacienda Socialista que sus funcionarios invirtieran en Bolsa, no había ilegalidad ni incompetencia alguna, o eso declaró a las preguntas de la Presidente.
Su corta declaración y la larga de su ex amigo Aguiar giraron sobre las grandes ganancias en Bolsa, justificación de la riqueza de los inspectores. Aguiar, confesaría tras Borrell, admitiendo el blanqueo de dinero (todo prescrito), el delito fiscal enriqueciéndose en Bolsa sin declarar en renta, la información privilegiada, todo a través del acusado Juan José Folchi (a quien conoció por los 80 cuando coincidieron en la Generalitat) pero ni hablar de CORRUPCIÓN EN HACIENDA.
Borrell nos deleitó (a lo buen político y tópicos publicados) con una corta lección magistral donde salieron las primas únicas de la Caixa, las cesiones de créditos del Santander, facturas falsas por IVA, el FRAUDE ENDÉMICO contra el que se centró la lucha en aquella Hacienda, las declaraciones complementarias y plazos de prescripción, los escasos medios de que disponían para tanta labor, y poco más. Sobre las fusiones del Grupo KIO, o posibles encuentros de JAFFAR con Solchaga, contestó que era habitual que los grandes grupos se reunieran con los ministros, pero esa fusión fue una más de las de entonces, incluidas las preferenciales bancarias. Tras la gran reestructuración de Hacienda de 1987, la lucha contra el fraude ocupó su GRAN LABOR, y se enfadó al oír del abogado del Estado la palabra LAXITUD. De laxitud, NADA, contestó vehemente. .
Tras Borrell, el abogado Mateo Ballbé Turull, que no recordaría nada ni sabía quienes eran los dueños o inversores en Inversiones Aravaca de donde era secretario del consejo de administración. Acto seguido Aguiar confesaría 32 millones en negro de 1987 invertidos en esa sociedad. Tampoco conocía las actividades de su cliente el dueño de DON PISO y las compraventas con la Caixa. Su cliente Planas Gelabert, por pánico a la inspección de Hacienda, cuyo dato conoció antes de incluirse en Plan de Inspección, le dio poderes, y ejerció de letrado. A insistencia de la Presidencia se permitió la ligereza de resaltar lo extraño de la situación, no vivida en ninguna de sus otras inspecciones. Al acusado inspector Álvaro Pernas le conoció el día de la firma de las actas
Y si corta, reverencial y de bajo tono fue la declaración del GRAN SOCIALISTA, en la larga de su ex amigo Aguiar, se reveló el grado de CINISMO alcanzado por los grandes del FUNCIONARIADO, la Política o la Abogacía.
Premisa, culpar al asesor fiscal Folchi, que inventándose una trama ante la Corte de Londres, provocara un inmenso daño al País, dijo, salvando el honor de la INSPECCIÓN DE HACIENDA, y de paso a su socio Huguet. El ex amigo Folchi hasta le ofreciera asociarse a su despacho cuando abandonara Hacienda, donde dijo ya colaboraba un inspector jubilado y amigo llamado Valero, a quien yo conocí por los 70. El ex presidente en Cataluña de la UCD de Suárez y consellé de la Generalitat, el gran malo de la película. Folchi, encontrado en varios restaurantes de la zona de trabajo le informaba sobre Bolsa y las fusiones del Grupo Torras, donde en unos días invirtiendo 5 millones ganó 15, y a través suyo evadió a Suiza el dinero negro de las ganancias que tenía en efectivo en casa y deuda pública, causa de su voluntaria baja en Hacienda, pues si seguía y descubrían sería un escándalo.
El banquero suizo Lombardi le abrió las cuentas por recomendación de Folchi, a él y a Huguet, que “no sabía nada” ni de Folchi ni de blanqueo. Su descripción es tan rocambolesca, mereciendo la apertura de otro PERJURIO, que si no se acude a la propia grabación del juicio resulta indescriptible. El guión, cuadrando los saldos y transferencias descubiertas, con autodenuncia en 1999, trece años después de las inversiones en Bolsa (prescrito), se repitió a cada pregunta de acusación y abogados, hasta que la presidente intervenía mostrando sus muchas dudas ante la total falta de documentación creíble, y atacando principalmente sobre una carta de Folchi a Borrell y otra suya, con varios sospechosos errores de fecha y registro de entrada y salida. La carta de la polémica, había confesado Borrell, en el escándalo político de su cese en 1999.
Me hizo gracia lo de que una vez entrara en la coctelería IDEAL (centro de la banda de De la Rosa) a tomar café, por encontrarse en la zona de su despacho en la Delegación de Plaza Letamendi, y le presentaron a De la Rosa. Jamás otro conocimiento y trato, apenas unos minutos. La gracia viene que entre Hacienda y la coctelería IDEAL existen tantos bares habituales para funcionarios, que dudo que nadie ni De la Rosa tomaran café por la mañana en esa coctelería de “lujo” y tapujo. Yo si soy vecino, y nunca se me ha ocurrido tomar un café, ni siquiera entrar, pues su “fama”, nido de traficantes, policía, abogados, jueces (habitual Fernández Oubiña), “gentes de mal vivir” y noctámbulos, y mi domicilio, barrio, e incluso mi “busca y captura” durante varios años, lo desaconsejaban.
En mi vida he presenciado escenas de refinado y puro CINISMO pero como la declaración de Aguiar, jamás. Dice se ha jubilado y ya no presta servicios en “Huguet y Aguiar asociados”, donde han llevado pocas inspecciones y mucho asesoramiento fiscal, o sea, que en cuanto a dobles contabilidades y fraude, Y SUIZA, TODO SIGUE IGUAL.
La sesión se interrumpió a las tres ante la advertencia del abogado de Folchi de que su interrogatorio podría alargarse. No suelo aguantar tantas horas de absurdas preguntas y la correspondiente sandez, pero aquel sujeto, capaz de autoinculparse (con todo prescrito), y vuelta a mi ingenuidad, pensé que quizá habría una segunda y más interesante sesión. Más desilusión.
Salí con dolor de cabeza y asco, sujetos parecidos e indiscutiblemente de su escuela y credo seguían gobernando, y destrozando vidas como la mía. Escribir no serviría para nada, y hasta me prometí no hacerlo, nadie extendería pancartas, y poco o nada de lo oído transcendería, Y MENOS LO CALLADO por las serviles acusaciones y defensas. Con que Borrell no alcanzara, no ya la presidencia de la Nación, sino consolidara su candidatura por el PSOE, aquel 1999, hubo bastante.
Y sin más testigos, hasta el día 9-02 en que comenzarán las pruebas periciales. Ver en imágenes de www.lagrancorrupción.blogspot.com la composición de la Sala y abogados.