Condenan a la madre y al padrastro de Alba a 20 y 22 años de prisión
Redacción Madrid. 14 de enero. La Audiencia de Barcelona ha condenado a 20 años y seis meses y a 22 años de prisión a la madre y el padrastro de la niña maltratada de Montcada i Reixac, respectivamente, por lesiones, un delito contra la integridad moral y malos tratos.
También deberán indemnizar con 1,5 millones de euros a Alba, que siempre necesitará ayuda para realizar todas las actividades cotidianas.
La Sección Vigésima ha declarado probado que, entre noviembre de 2005 y marzo de 2006, Francisco Javier P.E. agredió a la niña en diversas ocasiones e, incluso, la ató "fuertemente" a una silla o le hacía tragar en cuchara sus propios vómitos.
No obstante, el tribunal descarta la petición del fiscal de condenarlos por intento de asesinato, aunque les ha impuesto las penas máximas por los delitos probados.
La Sala condena a Francisco Javier P.E. a dos años de prisión por un delito contra la integridad moral, a cinco años por un delito de lesiones con la agravante de parentesco, a doce años de cárcel por otro delito de lesiones con las agravantes de parentesco y alevosía, y a otros tres años por malos tratos.
En cuanto a la madre de Alba, el tribunal entiende que era "perfectamente conocedora" de las agresiones y las vejaciones que sufría su hija a manos de Francisco Javier P.E., pero no hizo nada para detenerlos poniendo así "en grave peligro la integridad física de su hija".
Es por ello que la condena a la misma pena con la única diferencia de que los magistrados la han considerado cómplice y no autora de un delito contra la integridad moral, por lo que le han impuesto una pena de seis meses de cárcel.
Además, le han prohibido acercarse a menos de mil metros de ella durante cinco años cuando salga de prisión --igual que al procesado--, le han retirado la patria potestad de la menor durante cinco años y han ordenado que no se le informe sobre la evolución de la niña mientras permanezca en prisión, tal y como solicitó Ana María C. el último día de juicio.
Alba sufre un deterioro de las funciones cerebrales muy grave con un trastorno del lenguaje escrito y verbal --se comunica con gestos y sonidos-- y con ausencia de movilidad en la parte derecha del cuerpo, por lo que va en silla de ruedas y depende de terceras personas "para la supervivencia y todas las actividades de la vida diaria", recoge la sentencia.
Además de estas secuelas irreversibles, puede sufrir complicaciones pues hasta ahora ha rechazado todas las prótesis para paliar la pérdida de hueso craneal a causa de varias infecciones.
La sentencia rememora la paliza de la noche del 4 de marzo de 2006, cuando el procesado dijo a la acusada, Ana María C., que bajara a la calle con Maite mientras él le ponía el abrigo a Alba. Cuando se quedaron a solas, Francisco Javier P.E. "zarandeó brutalmente y con tal violencia a Alba que le provocó un hematoma subdural".
Al ver que no bajaban, Ana María C. y Maite subieron las escaleras y se encontraron al acusado con la menor en brazos inconsciente --en coma-- y la llevaron "inmediatamente" al CAP de Montcada i Reixac, desde donde fue trasladada al Hospital Vall d'Hebron.
El tribunal también considera probado el testimonio de Maite, la hermanastra de Alba, que presenció los malos tratos y empezó a hacer lo mismo a sus muñecas, como relató su madre en el juicio. El padrastro de Alba tapaba la boca a la niña de Montcada con un precinto y le obligaba a beber agua con una jeringuilla.